Cristian Camilo Noriega, un adolescente de 15 años, murió arrollado por un camión en la Troncal del Caribe luego de sufrir una falla mecánica en su bicicleta. Una cámara de seguridad registró el momento exacto del accidente que ha estremecido a la comunidad entre Ciénaga y Santa Marta.

En las imágenes captadas por una cámara de seguridad, apenas se ve un muchacho flaco, en camiseta, pedaleando con esfuerzo. Luego, el desastre. Un tropiezo, una caída, y el final. La imagen se detiene y la calle sigue su curso como si nada, pero una vida ya no.

Cristian Camilo Noriega tenía apenas 15 años. Según versiones preliminares, había salido de su casa en Ciénaga para hacer un mandado. Nunca imaginó que ese viaje corto, cotidiano, sería el último.

Era la tarde de este miércoles cuando ocurrió todo, en un tramo de la Troncal del Caribe, en la vía que conecta a Ciénaga con Santa Marta. Una ruta caliente y llena de tránsito pesado, por donde los vehículos cruzan sin pausa y los peatones esquivan como pueden los riesgos.

Cristian iba en bicicleta, quizás apurado por volver a casa o cumplir con el encargo. Pero en un segundo, la cadena de su bici falló. Se le salió, se le trancó o simplemente se rompió. Lo cierto es que el joven perdió el equilibrio, cayó justo en medio de la vía, y en ese instante apareció un camión de carga. No hubo forma de evitarlo.

“No le dio tiempo ni de levantarse”

El vehículo transportaba bloques de construcción. El conductor, que no habría visto al menor a tiempo, terminó pasándole por encima. La muerte fue inmediata. Según testigos, no hubo espacio para la reacción ni para el milagro.

Un comerciante de la zona, que prefirió no identificarse, aseguró:

—El muchacho cayó y en menos de dos segundos ya estaba el camión encima. Fue horrible. La gente gritó, pero era tarde.

La Policía de Tránsito llegó minutos después. Intentaron acordonar la zona, calmar a los curiosos y recoger los restos de la bicicleta, que quedó partida, como si se tratara de un juguete frágil. El cuerpo del menor fue cubierto con una sábana blanca mientras los agentes intentaban contactar a sus familiares.

Un drama familiar en silencio

En Ciénaga, su familia recibió la noticia con incredulidad. No había pasado una hora cuando ya todos sabían. Las redes sociales hicieron lo suyo. El video empezó a circular. Muchos no pudieron terminar de verlo.

—Mi sobrino era buen muchacho, siempre activo, siempre dispuesto —dijo una tía, entre lágrimas—. Solo salió a hacer un favor. ¿Por qué tuvo que pasarle eso?

Nadie en la familia esperaba una tragedia así. Nadie está preparado para recibir a un niño en un ataúd.

Cristian Camilo era un niño de barrio, un muchacho que como tantos otros aprendió a moverse en bicicleta mucho antes que en bus. Con ella iba al colegio, hacía diligencias y se sentía libre. Irónicamente, esa libertad le costó la vida.

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En la cámara de seguridad, el video termina con el tráfico avanzando. Nada se detiene. Pero quienes vieron la escena en vivo no pueden seguir como si nada. Las marcas de sangre en el pavimento, los gritos de la gente, la bicicleta rota… todo quedó grabado también en sus memorias.

Cristian no regresó a casa. Su familia lo llora. Su comunidad lo recuerda.