Jorge Núñez, el pescador que hizo posible el milagro de salvar a tío y sobrina perdidos en el mar

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Salió a realizar su faena muy temprano y en el sector de El Morro halló a las dos personas desesperadas y ya agotadas en medio de la nada.

Jorge Núñez, un experimentado pescador, salió temprano desde el sector de la Tenería con la intención de realizar su faena diaria, sin imaginar que aquella jornada lo convertiría en el héroe de una historia que parecía perdida en las aguas del Caribe.

Mientras navegaba, las primeras luces del alba revelaron una escena desgarradora: a lo lejos, dos figuras se aferraban a la esperanza de ser rescatadas.

Se trataba de Mía Londoño, una niña estadounidense de nueve años, y su tío César Rojas, de 43, quienes habían sido arrastrados por la fuerte corriente la tarde anterior mientras manejaban una moto acuática. Durante 15 horas, lucharon contra la desesperación, el agotamiento y el miedo a no volver a ver la orilla.

Sin dudarlo, Jorge dirigió su embarcación hacia ellos. La mirada de César se llenó de incredulidad y alivio al ver al pescador. “No podía creerlo, parecía un milagro”, relataría más tarde con voz entrecortada.

Jorge los subió a su bote con esfuerzo y emprendió el regreso a tierra firme, donde los esperaba una multitud con el corazón en un puño.

Aplausos, lágrimas y abrazos recibieron al pescador que, con su instinto y valentía, hizo posible lo imposible. “Es un ángel”, repetían los familiares de Mía y César, agradecidos con Dios, las autoridades y, en especial, con Jorge Núñez, cuyo conocimiento del mar fue clave para salvar a los desaparecidos.

La comunidad, que durante horas vivió la angustia de la incertidumbre, celebró la llegada de los rescatados y la hazaña del humilde pescador que demostró que la esperanza es la mejor brújula en aguas inciertas.

En Santa Marta, el nombre de Jorge Núñez ya no es solo el de un pescador, sino el del héroe del mar que desafió las olas y devolvió la vida a quienes estuvieron a punto de perderla.