Jhon Durán se hunde en su ego: más pataletas que fútbol con la Selección Colombia


Mientras la Selección Colombia busca identidad y resultados, Jhon Jader Durán se sigue hundiendo en sus caprichos. El experimento ofensivo de Lorenzo naufragó con un jugador que no solo no suma, sino que resta. Le quedó grande la camiseta.

A Jhon Jader Durán no lo tumba un defensa. Lo tumba su ego.

Colombia enfrentó a Perú con la ilusión de ver una propuesta ofensiva distinta. Néstor Lorenzo, en una apuesta arriesgada, rompió su esquema tradicional y alineó a dos delanteros: Juan Camilo “Cucho” Hernández y Durán, el joven atacante del Al Nassr que, por algún motivo aún inexplicable, sigue teniendo el rótulo de “promesa” en la Tricolor.

Pero lo de Durán ya ni siquiera genera expectativa. Genera molestia. Lejos de ser un aporte, el delantero volvió a mostrar que su principal virtud es la arrogancia. Se la pasó reclamando, protestando, haciendo gestos. Peleó con sus compañeros, con el cuerpo técnico y hasta con el balón. En el campo no hizo nada. Literalmente: ni un pase claro, ni una jugada de asociación, ni un remate con peligro. Solo dos disparos desviados, tres pases acertados y diez pérdidas. Un lujo que Colombia no se puede seguir dando.

No es una exageración decir que el equipo jugó con uno menos en el primer tiempo. Y Lorenzo lo entendió tarde. Para el segundo tiempo, Durán ya estaba fuera. No por lesión ni por táctica, sino porque no había otra opción. Su actitud era insostenible.

Las redes sociales lo fulminaron. Lo llamaron “berrinchudo”, “niño mimado”, “sobrado sin logros”. Y con razón. Durán lleva más titulares por sus desplantes, sus pataletas y sus episodios fuera de la cancha —como cuando lo grabaron paseando sin casco por Medellín en una moto de lujo— que por algún gol o jugada determinante con la Selección.

Porque si algo hay que decir sin rodeos, es que Durán no ha demostrado nada con la camiseta de Colombia. Se comporta como estrella, pero no brilla. Habla como líder, pero no lidera. Corre poco, pelea mucho y juega menos.

Javier Bonet criticó con toda al delantero

“Está insoportable”, sentenció Javier Hernández Bonnet en Gol Caracol. “Reclamos de pataleta de barrio”, añadió el comentarista, reflejando el sentir general de los hinchas que ya no creen en este jugador. Porque mientras el país entero pide compromiso y entrega, Durán sigue en su nube de soberbia.

Incluso sus declaraciones son muestra de su desconexión con la realidad: “Pues normal, se gana, se empata y se pierde… ahora no somos el diablo”. Así justificó el pobre empate ante Paraguay. Como si vistiera cualquier camiseta, como si jugar en la Selección fuera un pasatiempo y no un privilegio.

El fútbol es exigente, pero también justo. Y si algo ha quedado claro es que a Durán le quedó grande la camiseta de la Selección Colombia. Ya no se trata de darle otra oportunidad, sino de exigirle que madure, que entienda lo que representa, o que se haga a un lado. Porque esta selección necesita delanteros con hambre de gloria, no figurines con hambre de cámaras.


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