
Intentaron asesinarlo cuando manejaba su carro, pero logró escapar y pedir ayuda
Le dispararon mientras conducía, pero no era su día. El hombre logró sobrevivir y es atendido en una clínica. La comunidad especula sobre los motivos del ataque.
Los disparos lo sorprendieron al volante. Manuel Toloza manejaba por el barrio Bastidas cuando, de repente, el parrillero de una moto se le acercó por la ventana y apretó el gatillo.
No hubo advertencias. No tuvo tiempo de reaccionar. Sintió el impacto de un proyectil cerca del hombro, pero el instinto lo mantuvo manejando. No era su momento. O al menos eso parecía.
Con el pecho ardiendo por el dolor y la sangre empapando su camisa, siguió manejando algunas cuadras en busca de ayuda. La vista se le nublaba y la respiración se le entrecortaba, pero aún así intentaba llegar a una clínica. Sin embargo, el cuerpo no le respondió más. Con las últimas fuerzas que le quedaban, frenó y se desplomó sobre el asiento.
Un policía que patrullaba la zona se percató de la escena. Se acercó al vehículo y, al ver a Toloza malherido, no esperó una ambulancia. Se subió al carro y lo llevó directamente al centro asistencial más cercano. Allí, los médicos hicieron su parte: lograron estabilizarlo. Ahora, sigue hospitalizado, en estado delicado pero fuera de peligro.
La calle, mientras tanto, no tardó en llenarse de rumores. “Está vivo de milagro”, decían algunos. “Se salvó porque fue rápido para ocultarse de las balas”, murmuraban otros. Pero no faltaron quienes aseguraban que los sicarios no quisieron matarlo, sino enviarle un mensaje. “Algo debe”, comentaban en las esquinas.
Las autoridades, por ahora, guardan silencio. No han revelado si Manuel Toloza tenía amenazas o antecedentes. Tampoco han confirmado si se trató de un intento de sicariato o de una advertencia criminal. Solo hay una certeza: alguien quiso verlo muerto, pero no lo logró. Al menos, no esta vez.
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