Sus hijos lo llevaron a atenderse por un problema de salud que presentaba y no volvieron a preguntar más por él.
Manuel Castillo, un adulto mayor de aproximadamente 90 años, fue abandonado en el Hospital San Rafael de Fundación hace tres días. Castillo, conocido cariñosamente como «el lotero» en su comunidad, fue ingresado por su hijo debido a problemas aparentes de isquemia. Sin embargo, lo que parecía ser una visita médica de rutina se transformó en una escena desgarradora de abandono.
Castillo llegó al hospital acompañado de su hijo, quien se retiró alrededor de las 11 de la noche, dejando al anciano solo y sin supervisión. Durante la noche, la situación de Castillo se deterioró aún más: sufrió una caída de la camilla.
Otros pacientes, al escuchar sus quejas y notar su sufrimiento, acudieron en su auxilio y llamaron al personal médico. Castillo se quejaba constantemente y apenas lograba conciliar el sueño, visiblemente afectado tanto física como emocionalmente.
A la mañana siguiente, una joven mujer se presentó en el hospital, afirmando ser la empleada doméstica de Castillo. Sin embargo, su visita fue breve ya que alegó tener que cumplir con sus labores.
La intervención de un segundo hijo del anciano tampoco solucionó la situación; él también enfrenta problemas de salud graves, incluyendo la necesidad de diálisis y la hipertensión, lo que llevó a la trabajadora social del hospital a retirarlo del lugar.
El desdén Familiar
La trabajadora social, en su intento de resolver el problema, contactó a una hija de Castillo. No obstante, ella alegó estar enferma de gripe y no pudo presentarse ni hacerse cargo de su padre.
Según testimonios de una paciente que conoce a la familia, este abandono no es un caso aislado. Castillo y su esposa viven en condiciones de pobreza extrema y abandono, mientras sus hijos se desentienden de su cuidado.
La situación de Manuel Castillo ha generado una fuerte indignación entre los pacientes y el personal del hospital. La imagen de «el lotero» abandonado y desatendido contrasta dolorosamente con el cariño y respeto que muchos en la comunidad le tienen.
«Es inaceptable que un ser humano sea tratado de esta manera, especialmente alguien que ha sido parte de nuestras vidas por tanto tiempo», comentó uno de los testigos del hospital.