Impactante video revela guerra en Palmor de la Sierra: civiles corriendo en medio del fuego cruzado entre Ejército y ACSN


La grabación difundida en redes sociales mostró los intensos enfrentamientos que se libran entre las fuerzas públicas y el grupo armado ilegal.

Civiles quedaron atrapados en la mitad de las balas, lo que generó alarma y llamados urgentes a la intervención humanitaria.

Las imágenes que circularon en redes sociales dejaron en evidencia la crudeza de los combates que se vivieron las últimas horas en el corregimiento Palmor de la Sierra, jurisdicción de Ciénaga, Magdalena.
En la grabación se observa a varios hombres vestidos con prendas de uso militar que disparan contra las tropas del Ejército desde el interior de una propiedad privada.

Lo más inquietante del video es la presencia de civiles que corren desesperados mientras en el fondo retumban las ráfagas de fusil. En medio de la tensión, se escucha la voz de un miembro de las ACSN advirtiendo: “Quítense del medio. No se atraviesen en la mitad, que van a recibir un balazo”.

Habitantes relataron que los enfrentamientos se prolongaron durante largo tiempo, obligando a la población a resguardarse en sus casas. “Fue un día eterno, no sabíamos si una bala podía atravesar las paredes”, dijo una madre campesina.

Un territorio bajo presión armada

El Ejército mantiene operaciones en esta zona de la Sierra Nevada con el objetivo de recuperar el control, pues se estima que alrededor de mil hombres de las ACSN están distribuidos en corregimientos y veredas del macizo montañoso.

Los combates no son hechos aislados. La Sierra, tradicionalmente golpeada por la violencia de distintos actores armados, enfrenta una nueva escalada con la consolidación de las ACSN, un grupo que hasta hace poco era tratado como banda criminal pero que ahora, por orden presidencial y decisión del Consejo de Seguridad Nacional, fue reconocido como grupo armado organizado.

Esa categoría le permite al Estado emplear todo su poderío militar, incluidos bombardeos, para combatirlos. Pero al mismo tiempo, el Gobierno ha planteado la posibilidad de abrir mesas de diálogo socio-jurídicas para facilitar su sometimiento a la justicia.

Civiles en medio de la guerra

La población local quedó atrapada en medio de estas tensiones. Testimonios recogidos dan cuenta de la angustia y la incertidumbre.

“Uno no sabe si salir al colegio, al trabajo o al cultivo. Nos toca quedarnos encerrados porque las balas no avisan. El miedo es constante”, afirmó un líder comunitario de Palmor.

El analista de seguridad Lerber Dimas alertó en redes sociales sobre la gravedad de la situación: “Se presentan en este momento fuertes combates entre las ACSN y el Ejército en Palmor de la Sierra (San Fernando Alto y Cherua 3). Urge una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo y la ONU porque hay niños en colegios y familias campesinas confinadas”.

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La decisión de elevar a las ACSN a la categoría de grupo armado organizado generó debate entre la comunidad. Mientras las Fuerzas Armadas tienen vía libre para desplegar operativos de gran escala, líderes locales insisten en que una salida negociada sería menos costosa en vidas humanas.

“Nosotros lo que queremos es paz. El camino más sencillo y sin violencia es precisamente el diálogo y los acuerdos en mesas. No queremos que nos bombardeen encima de nuestras casas”, expresó un líder cívico de la Sierra.

La comunidad teme que el territorio termine convertido en un campo de batalla en el que campesinos, indígenas y niños carguen con las consecuencias de la confrontación.

Una crisis humanitaria en ciernes

La Defensoría del Pueblo ha advertido en múltiples informes que la Sierra Nevada enfrenta riesgos de confinamiento, desplazamiento forzado y reclutamiento de menores a manos de grupos armados. Lo ocurrido en Palmor confirma una vez más que esas alertas están vigentes.

Mientras los fusiles se cruzan, la población clama por atención inmediata. “Necesitamos que nos miren como seres humanos, no como territorio de guerra. Aquí hay familias enteras con miedo, hay niños que no entienden por qué no pueden ir al colegio”, relató otra habitante de la zona.

El Gobierno se encuentra en una encrucijada: intensificar las operaciones militares para desmantelar a las ACSN o dar pasos hacia una negociación que evite una tragedia mayor para la población civil.

Por ahora, la realidad en Palmor es la de una comunidad que vive confinada, escuchando de cerca el sonido de los disparos y con la incertidumbre de no saber si lo peor está por venir.

“Lo que pasó aquí no es nuevo, pero cada vez se siente más fuerte. El Estado tiene que decidir si quiere salvar vidas o seguir echando bala”, concluyó un campesino de la región.


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