Impactante video revela accidente en El Banco que cobró la vida de un electricista y dejó grave a su esposa


Gabriel y Adriana intentaban volver a casa bajo la lluvia cuando la moto resbaló y chocaron contra un bus. Él murió en el acto; ella sigue en cuidados intensivos.

La noche del 27 de abril cayó sobre El Banco, Magdalena una lluvia persistente que obligó a muchos a buscar refugio temprano. Pero para Gabriel Guerrero y su esposa, Adriana Milena Arrieta, era solo el final de una jornada compartida, de esas en las que la compañía basta para desafiar cualquier aguacero.

Subidos en su motocicleta XR 125, emprendieron el camino de regreso a casa, sin saber que el destino les preparaba una de las escenas más trágicas que ha vivido esta comunidad.

El agua corría con fuerza por la calle 7, a la altura del parque La Laguna. Allí, entre charcos profundos y una visibilidad reducida, la pareja se deslizó sobre el asfalto mojado. Las llantas de la moto perdieron adherencia y, en un abrir y cerrar de ojos, ambos se vieron en el piso, deslizándose sin control hacia la parte frontal de un bus de la empresa Transpormax. El impacto fue brutal.

Las imágenes del accidente, captadas por una cámara instalada dentro del vehículo de servicio público, estremecen por su crudeza. En ellas se observa cómo Gabriel pierde el control al atravesar un charco a alta velocidad, cómo el cuerpo de él y el de Adriana son lanzados violentamente tras el choque. El video, difundido ampliamente en redes sociales, se ha vuelto viral, no por morbo, sino por la profunda conmoción que ha generado en quienes conocieron al electricista y a su esposa.

Gabriel Guerrero no sobrevivió. Murió antes de que los médicos de la Clínica Previsalud pudieran hacer algo más que confirmar su fallecimiento. Adriana, por su parte, permanece hospitalizada, en estado crítico. Se debate entre la vida y la muerte.

La noticia ha teñido de tristeza a todo El Banco. Gabriel era más que un electricista conocido; era un hombre trabajador, servicial y profundamente querido por su comunidad. “Siempre tenía una sonrisa, siempre dispuesto a ayudar”, dicen quienes lo conocieron. Su muerte no solo deja un vacío en su familia, sino también en cada rincón donde alguna vez dejó su huella.


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