Esta persona se desplomó en plena rutina de dentro del gimnasio en el centro comercial Alamedas. Alcanzó a pedir ayuda, pero llegó sin signos vitales a la clínica.

José Ignacio Negrete López de 45 años de edad entró al gimnasio Smart Fit del centro comercial Alamedas en Montería como cualquier otro día. Se registró, caminó hasta las máquinas y comenzó su rutina.

Minutos después, José Ignacio se llevó la mano al pecho. Algo no andaba bien. Sintió un dolor fuerte. Se detuvo. Dio un par de pasos hacia atrás y cayó. No hubo tiempo para más.

Los testigos no dudaron: corrieron hacia él, intentaron ayudarlo, le hablaron, lo movieron. Unos empleados del gimnasio llamaron a emergencias, mientras otros intentaban aplicar maniobras de reanimación. La escena fue tensa.

Una ambulancia lo recogió y lo trasladó rápidamente a la clínica CUMI. Allí, los médicos confirmaron lo peor: llegó sin signos vitales. El infarto fue fulminante.
José Ignacio tenía una vida normal. Era parte de los cientos de monterianos que cada día hacen ejercicio en busca de salud. No tenía idea de que ese martes sería su último día.

El gimnasio no ha emitido un comunicado oficial. Tampoco la franquicia ni el centro comercial. Las autoridades de salud aún no entregan un reporte médico detallado, pero los primeros informes apuntan a un paro cardíaco súbito.

Hoy, el lugar donde cayó sigue funcionando. La música volvió a sonar. Las máquinas siguen en uso. Pero quienes estuvieron allí difícilmente olvidarán la imagen: un hombre desplomado, rodeado de personas tratando de salvarle la vida. Y un final inevitable.