
Hasta a los mototaxistas están extorsionando en Santa Marta; Autoridades investigan
La Alcaldía y el Gaula Militar han reforzado la seguridad, pero la situación sigue preocupando.
La creciente inseguridad en Santa Marta ha puesto en jaque a sectores clave del transporte y turismo quienes ahora enfrentan extorsiones por parte de grupos armados ilegales.
Tanto transportadores turísticos como mototaxistas han sido citados a reuniones clandestinas donde se les exige el pago de una «vacuna» para continuar operando, bajo amenaza de atentados.
Según testimonios, estos grupos organizados no solo tienen identificadas las placas de los vehículos, sino también información personal de los conductores, lo que incrementa el temor entre los afectados.
Uno de los denunciantes, que pidió mantener su identidad en reserva, señaló: “Nos citaron a un lugar para establecer la cuota semanal. Si no cumplimos, corremos el riesgo de que algo nos pase.”
Del transporte de refrescos al sector turístico
La situación no es nueva. Anteriormente, los grupos armados comenzaron extorsionando a contratistas de empresas de bebidas, impidiéndoles trabajar sin pagar los cobros ilegales.
Ahora, las amenazas se han extendido al sector turístico, especialmente a los transportadores que operan en destinos como las bahías de Santa Marta y el balneario de El Rodadero.
En reuniones recientes, los extorsionistas han establecido cuotas semanales que los trabajadores deben pagar para evitar represalias.
A pesar del acompañamiento del Gaula Militar y personal de la Alcaldía, quienes han dispuesto brigadas de seguridad con uniformados de civil, el temor persiste.
Los trabajadores afectados afirman que las medidas no son suficientes para contrarrestar la presencia de los extorsionadores.
Mototaxistas también afectados
Además de los transportadores turísticos, los mototaxistas de la ciudad han reportado estar en la misma situación. Según denuncias, la presión por las extorsiones los ha obligado a incrementar el precio de la carrera mínima a $5,000, lo que ha generado molestias entre los usuarios.
«No tenemos otra opción; nosotros también debemos pagar la ‘vacuna’, y si no lo hacemos, nuestras vidas están en peligro», afirmó un conductor.
Una ciudad bajo amenaza de grupos ilegales
Las autoridades locales han señalado que trabajan en estrategias para desarticular estas redes criminales. Sin embargo, los afectados exigen mayor presencia policial y acciones contundentes para garantizar su seguridad y la de sus familias.
La ciudadanía observa con preocupación cómo la extorsión y la inseguridad se apoderan de sectores clave de la economía local, afectando a cientos de trabajadores que solo buscan ganarse la vida en paz.
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