
“Gracias por todo, pero ya no puedo más”: la desgarradora despedida de un joven de 22 años
Se quitó la vida tras lanzarse de un quinto piso en Medellín. En cartas dirigidas a su familia, expresó gratitud, dio instrucciones para su despedida y reveló el profundo vacío emocional que lo consumía.
Luis Alejandro tenía apenas 22 años. Estaba en la flor de su juventud, pero por dentro llevaba una carga invisible, aplastante. El pasado fin de semana, decidió ponerle fin a su vida lanzándose de un quinto piso en el barrio El Poblado, en Medellín. Lo hizo en silencio, sin escándalos, pero dejó algo más fuerte que el grito: sus palabras.
Antes de su muerte, escribió varias cartas. Cada una iba dirigida a un miembro de su familia. Agradecía el amor recibido, explicaba con frialdad lo que iba a pasar, daba instrucciones sobre su cuerpo y despedida. No fue un acto impulsivo. Fue una decisión pensada, planificada y, sobre todo, marcada por una angustia que no encontró espacio para ser escuchada.
El hijo de una funcionaria del ICBF
Luis era el hijo menor de Flor Rentería, una reconocida funcionaria del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Su muerte no solo dejó un vacío en su hogar, sino que también puso un foco incómodo sobre el drama que viven muchos jóvenes: la desconexión emocional en medio de la hiperconexión digital, la soledad disfrazada de compañía y la angustia que no se verbaliza.
“Estoy cansado de no sentirme parte de nada”, escribió en una de sus cartas. “Este mundo me duele, no porque no me hayan amado, sino porque no supe cómo sostenerme dentro de él”.
En sus escritos, Luis no culpó a nadie. Por el contrario, agradeció. Dejó claro que no era un reproche, sino una liberación. Dio indicaciones sobre cómo debía ser su velorio, qué música quería, cómo debía hablarse de él. Pensó en los demás hasta el último momento. Pero también dejó constancia del abismo interior que lo fue consumiendo.

La crudeza de sus palabras ha impactado a quienes las han leído. No son solo cartas de despedida; son un espejo brutal de lo que muchos jóvenes sienten, pero callan.
Una historia que conmovió a las redes y al país
Tras conocerse el caso, cientos de personas se volcaron a redes sociales. Compartieron mensajes de tristeza, empatía y reflexión. Muchos hablaron de sus propias luchas. Otros hicieron un llamado a gobiernos, colegios, familias y empresas: la salud mental no puede seguir siendo un tema marginal.

“No podemos seguir ignorando el dolor emocional de una generación que grita en silencio”, escribió un usuario en X. “Luis pudo ser mi hijo, mi hermano, mi amigo”.
Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, en Colombia puede comunicarse con la línea 192, opción 4, o con la Línea Psicoactiva 01 8000 112 439, que ofrece atención gratuita las 24 horas.
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