Gancho ciego: la aterradora teoría detrás del asesinato del italiano en Santa Marta


Alessandro Coatti no sería el objetivo real. Su muerte habría sido una venganza sangrienta contra alguien cercano en Italia que incumplió un negocio con la mafia colombiana. Este sábado apareció otra parte de su cuerpo.

Santa Marta, la ciudad que enamora con su mar, su Sierra y su historia, hoy sigue siendo noticia mundial por la violencia. El horror no da tregua. Tras el hallazgo del cuerpo desmembrado del científico italiano Alessandro Coatti, la tragedia parece no tener fin. Como si se tratara de un mensaje macabro, partes de su cuerpo siguen apareciendo esparcidas por distintos puntos de la ciudad, como piezas sueltas de un rompecabezas de sangre y dolor.

El último hallazgo estremeció a los transeúntes del puente de El Mayor. Allí, flotando en el río Manzanares, una pierna humana emergió en el agua. Todo apunta a que también pertenece a Coatti. No es el primer resto encontrado, y —según fuentes cercanas a la investigación— aún faltarían varios.
Las autoridades, herméticas, solo han sido vistas rastreando diferentes sectores como si buscaran reconstruir lo imposible. No hay comunicados, no hay claridad. Solo un silencio institucional que se mezcla con los murmullos del miedo y la impotencia.

Un horror sin fin

¿Quién pudo odiar tanto? ¿Quién pudo tener la frialdad suficiente para cortar en pedazos a un hombre y regar sus partes por la ciudad como si se tratara de basura?
El perfil de Alessandro Coatti, según quienes lo conocieron, es opuesto al de una víctima del hampa. Un hombre educado, amable, reservado. Científico, viajero, amante del mar, los paisajes, la naturaleza. Un ciudadano del mundo que había vivido en Italia, Inglaterra y ahora se paseaba por Colombia. Nadie sospechaba que su vida terminaría de forma tan inhumana.

Desatracado un lío pasional
Inicialmente se dijo que se trataba de un crimen pasional. Se habló de celos, de líos sentimentales con una mujer de un mafioso. Sin embargo, una fuente confidencial reveló a Entérate en Línea que esa hipótesis fue descartada: Alessandro era homosexual y no tenía ningún tipo de interés romántico en la ciudad. Era discreto, reservado, y no buscaba pareja.
Entonces, ¿qué pasó?

Expertos en criminología afirman que este tipo de asesinatos no tienen motivaciones personales. No son crímenes del corazón. Son mensajes. Venganzas. Tácticas propias del narcotráfico. Actos diseñados para generar terror y captar la atención pública durante días. Y vaya que lo lograron.

¿Quién está detrás de este horrible homicidio?

El grupo armado ‘Los Pachencas’, que suele operar en esta región con métodos igualmente crueles, negó su participación.

Además, defensores de derechos humanos como Lerber Dimas y Norma Vera coinciden en que ese grupo no acostumbra a actuar de forma tan pública ni en la zona urbana. Sus crímenes, aunque igualmente bárbaros, suelen aparecer en carreteras rurales, cuerpos dentro de sacos abandonados al borde del camino.

Esto, dicen los expertos, tiene otra firma.

La hipótesis que cobra más fuerza apunta a un “gancho ciego”. Alessandro no habría sido el objetivo directo. Alguien cercano a él —posiblemente en Italia— tenía nexos con organizaciones criminales colombianas. Un negocio fallido. Una droga pérdida. Y él, el hombre bueno, el amante del mar, fue convertido en moneda de cambio. En prenda de garantía. En venganza.
Lo retuvieron. Intentaron presionar. Y cuando no obtuvieron lo que querían, lo despedazaron. Pero no sin antes advertirle al verdadero objetivo lo que harían. El mensaje fue brutal. No solo para quien debía recibirlo, sino para toda una ciudad y dos continentes.

Investigación entre Colombia e Italia

Las autoridades colombianas ahora trabajan de la mano con la Fiscalía de Roma. Se espera que, con esta colaboración, puedan rastrear contactos, relaciones y negocios que esclarezcan quiénes se atrevieron a asesinar con tal sevicia a un hombre inocente.

Santa Marta sigue triste, asustada y consternada. El crimen de Alessandro Coatti ha estremecido a Colombia, Italia y Reino Unido. Su único pecado fue caminar por la ciudad equivocada, en el momento equivocado, en medio de una guerra ajena a su alma limpia.
Y mientras sigan apareciendo fragmentos de su cuerpo, Santa Marta seguirá lamentándose. Porque en medio de su belleza infinita, también habita el más profundo de los horrores.


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