El joven de 25 años, saltó a una tractomula en movimiento en un acto que tomó a todos por sorpresa. Apenas la noche anterior había compartido fotos de su último encuentro con su novia, pero sus problemas emocionales y financieros terminaron llevándolo al límite.
Las cámaras de seguridad captaron el instante. Era la tarde de un viernes cualquiera, pero para Samuel Armijo, de tan solo 25 años, sería el último.
En cuestión de segundos, el joven tomó una decisión trágica: lanzarse sin pensarlo frente a una tractomula que avanzaba sin saber lo que se avecinaba. En ese momento, el conductor apenas tuvo tiempo de ver cómo la vida de un joven se extinguía brutalmente bajo sus ruedas.
La noche anterior, Samuel había publicado en sus redes sociales fotografías de su última cita con su novia, la mujer a quien describía como el amor de su vida.
En cada imagen, se podía ver el reflejo de su afecto y su alegría, un contraste cruel con el desenlace que horas después conmocionaría a quienes le conocían.
Esa noche, sin embargo, parece no haber sido el dulce encuentro que esperaba. Los problemas en su relación, sumados a las dificultades económicas que le agobiaban, comenzaron a sumirlo en una oscuridad de la que, finalmente, no encontró salida.
Los amigos y familiares de Samuel aún no logran asimilar lo que ocurrió. Los que le conocían lo describen como un joven trabajador y entregado, que vivía para su empleo y su relación.
Pero bajo esa fachada de fortaleza, pocos sabían del peso que soportaba en silencio, de las deudas que crecían y de los conflictos sentimentales que se volvían, poco a poco, más insoportables.
Aquella tarde, su decisión no solo dejó una estela de dolor y sorpresa; también abrió una herida difícil de cerrar para sus seres queridos, quienes hoy se cuestionan si hubo alguna señal que pudieron haber percibido, alguna palabra que pudieron haber dicho. Pero para Samuel, ya era demasiado tarde.
Su último acto quedó grabado en una cámara que captó no solo su caída, sino el eco de una tragedia que reverbera en las vidas de quienes le amaron y que ahora se enfrentan al vacío irreparable que ha dejado.
En redes, sus fotografías aún permanecen como testimonio de una vida que, a pesar de las adversidades, alguna vez estuvo llena de momentos de amor y esperanza. Ahora, son solo recuerdos que parecen congelarse en un tiempo donde Samuel sonreía, antes de que sus problemas lo consumieran y lo llevaran a un desenlace que nadie vio venir.