En Santa Ana, entregan cuerpos a familia de dos personas asesinadas en falsos positivos hace 15 años

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Un joven y su tío, ambos de 22 años partieron de casa en el año 2008 con una promesa de trabajo y jamás se volvió a saber de ellos. El pasado 2022 se conoció que fueron acusados falsamente de extorsionistas y reportados como bajas en combate por el Gaula de la Policía del Cesar.

Tras 15 años de incertidumbre, la familia Durán de Santa Ana, Magdalena, finalmente pudo enterrar a Éder Honak Durán Ortiz y a Jhon Eduar Miranda Durán, tío y sobrino, quienes desaparecieron en enero de 2008.

Ambos jóvenes, de 22 años, habían partido hacia Valledupar con la esperanza de una oferta laboral que nunca se concretó, solo para ser víctimas de desaparición forzada y posteriormente asesinados.

Según lo informado por las autoridades correspondientes al caso, los cuerpos fueron hallados en el ‘cementerio alterno’ de El Copey, Cesar, gracias a la intervención de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que en 2022 realizó un operativo de exhumación en el marco de una medida cautelar.

Tras identificarlos, sus restos fueron entregados a la familia en julio de este año. “Este cementerio es un lugar donde se atraviesan muchas de las violencias del conflicto. Cerca de 300 personas dadas por desaparecidas permanecen allí”, explicó el magistrado Óscar Parra.

De Éder y Jhon se conoció que compartían una infancia marcada por su amor al fútbol en las calles polvorientas de Santa Ana, amigos cercanos y vecinos recuerdan los días en que los jóvenes jugaban sin descanso. Según uno de sus compañeros de infancia, Deiver Yesid Martínez, los dos siempre soñaban con mejores oportunidades, y fue precisamente una oferta laboral lo que los llevó a viajar hacia su fatal destino.

“Eran mis amigos de la infancia y el fútbol era la mejor excusa para vernos”, relató uno de sus amigos. “Un día, un director técnico nos preguntó si estábamos interesados en ser árbitros. A Eder le sonó la idea e inició su capacitación como juez, un día me comentó que un desconocido le había hecho una oferta de trabajo a él, a su sobrino Jhon y a Deiver Yesid, en Valledupar, después me enteré de que habían viajado. No supe más de los tres”.

La hermana de Jhon Eduar recordó que días antes del viaje, el joven le comentó sobre la promesa de un empleo que les permitiría mejorar su situación económica y retomar sus estudios. “Aunque fue una noticia inesperada, sabíamos que quería un cambio en su vida”, expresó su hermana. Sin embargo, tras su desaparición, la familia inició una búsqueda desesperada que fue obstaculizada por amenazas anónimas. “Un desconocido me llamó y me dijo que Jhon estaba bien, que era mejor dejar las cosas así, que no me ganara un problema”, confesó su madre.

El hallazgo de los cuerpos se dio gracias a la intervención forense realizada por la UBPD, tras la adopción de medidas cautelares por parte de la JEP en 2021. El magistrado Óscar Parra explicó que en el ‘cementerio alterno’ de El Copey se encuentran más de 300 personas desaparecidas, muchas de ellas víctimas del conflicto armado, y que la intervención evitó que los cuerpos fueran removidos o destruidos.

“La identificación de estos cuerpos fue clave para conocer la verdad de lo ocurrido y honrar la memoria de las víctimas”, añadió Parra.

La investigación reveló que Éder y Jhon fueron engañados con falsas promesas de empleo y posteriormente asesinados por miembros del Gaula Militar Cesar, quienes los presentaron como extorsionistas muertos en combate. Este caso ha sido señalado como paradigmático por la vulnerabilidad de las víctimas, muchas de las cuales fueron ejecutadas extrajudicialmente bajo acusaciones falsas. “Este caso es paradigmático debido al tipo de vulnerabilidad que presentaban muchas de las víctimas, lo que las convirtió en objetivo de sus victimarios”, afirmó el magistrado Parra.

Finalmente, la coordinadora de la Territorial Atlántico de la UBPD, Ella Cecilia Del Castillo, destacó que la recuperación de los cuerpos y su entrega digna no solo ayuda a las familias a cerrar un doloroso capítulo, sino que también contribuye a la construcción de la verdad y a esclarecer los crímenes cometidos durante el conflicto armado en la región. “Estas entregas dignas ayudan a aliviar el sufrimiento de los familiares y aportan a la construcción de la verdad sobre lo ocurrido”, concluyó Del Castillo.