¿En el Magdalena caben todos? La alianza con Cambio Radical desata fractura en la campaña de Noya


La jornada de celebración y fuerza política terminó convertida en una tormenta interna. Tras el multitudinario evento de entrega de firmas de Rafael Noya, el anuncio de un coaval con Cambio Radical desató la primera fractura en su equipo de campaña y encendió las alarmas entre sus seguidores de línea progresista.

Apenas horas después de la euforia y los discursos de victoria, el ambiente en la campaña de Rafael Noya cambió abruptamente. La noticia de que el candidato recibiría entre otros del coaval del partido Cambio Radical, conocido por su línea de derecha, cayó como un baldado de agua fría entre muchos de los que venían acompañando su proyecto “En el Magdalena Cabemos Todos”.

La molestia no fue menor. Varios de los líderes y militantes que se habían identificado con la propuesta de Noya, cercana a los ideales del presidente Gustavo Petro, sintieron que la decisión fue tomada sin consulta ni consenso.

Según versiones internas, el propio candidato habría gestionado el coaval de manera autónoma, sin tener en cuenta la opinión del equipo que hasta ese momento había defendido su causa con lealtad.

Desde el lanzamiento de su campaña, Noya insistió en que su movimiento tendría espacio para todas las corrientes políticas. Pero la alianza con Cambio Radical —un partido ubicado en la otra orilla ideológica— fue vista por muchos como una contradicción y una traición a los principios que inspiraron la iniciativa ciudadana.

Pronunciamientos inmediatos

El descontento estalló públicamente. El ex caicedista Abraham Katime, uno de los más visibles colaboradores del proyecto, no esperó un pronunciamiento interno. A través de sus redes sociales marcó distancia con una frase contundente:

“No apoyé la candidatura de @rafaelnoyag en coaval con Cambio Radical. Esperaría que la noticia sea un fake news”.

Katime, exintegrante del movimiento Fuerza Ciudadana, había trabajado activamente en la recolección de firmas y era considerado una de las fichas de confianza del candidato. Su mensaje fue interpretado como la señal más clara del quiebre interno que atraviesa la campaña.
Otro de los que se sumó a las críticas fue Iván Narváez, quien expresó abiertamente su desacuerdo con la forma en que se tomó la decisión.

“La decisión de buscar coaval fue tomada de manera individual, desconociendo al colectivo con autonomía y sin permiso. Esto no se trata de que en política ‘vale todo’. Se trata de principios y valores, y eso no se negocia”, escribió.

Las reacciones no tardaron en multiplicarse. En redes sociales, simpatizantes de otros sectores aprovecharon la crisis para lanzar dardos:

“¡En el Magdalena no cabemos todos revueltos! Los principios y las ideologías no son negociables. ¡Eso parece un sancocho de carne con mondongo!”.

Por ahora, Rafael Noya guarda silencio público frente a la polémica. Su reto inmediato será contener la desbandada de seguidores que lo acompañaban bajo una bandera progresista y que hoy sienten que el proyecto ha perdido coherencia ideológica.

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La pregunta que muchos se hacen en el entorno político es si este es solo un tropiezo en el camino o el inicio de una fractura mayor. “¿Qué sigue ahora, recibir apoyo del Centro Democrático?”, se preguntan algunos con ironía.

A seis semanas de las elecciones, el panorama en la campaña de Noya se agita. Lo que se presentaba como una coalición ciudadana diversa y plural enfrenta su primera gran prueba de fuego.


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