Un video de seguridad captó el instante en que el uniformado se lanzó a la carretera, desenfundó su arma y neutralizó a los dos delincuentes que acababan de matar al creador de contenido barranquillero. Uno cayó abatido; el otro, un menor de 16 años, quedó capturado.

El asesinato de Jean Claude Bossard, el creador de contenido barranquillero que este viernes cumpliría 30 años, pudo haber sido otro caso más de impunidad en Bogotá. Pero segundos después del disparo que lo dejó tendido en un andén de Chicó Navarra, un patrullero de la Policía —armado solo con su dotación, su bicicleta y una determinación que en el video parece instinto puro— decidió que no iba a dejarlos escapar.

La cámara de seguridad lo registró todo.
Los ladrones disparan, el joven cae, y la calle por un momento queda congelada.

Entra en escena el uniformado. Pedaleaba por la misma zona, vio el forcejeo, escuchó el disparo y no dudó. Se lanza de la bicicleta como si la gravedad le estorbara: la deja caer, cruza la carretera, se planta frente a los dos asesinos que intentan huir en moto.

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El policía se les atraviesa, les corta la ruta, los obliga a maniobrar. Ellos desenfundan su arma. No hay tiempo para advertencias ni cálculos. El patrullero responde: dispara, los derriba, toca el asfalto al mismo tiempo que uno de los delincuentes cae abatido. El otro —un menor de 16 años— queda herido y en segundos reducido.

La escena dura apenas instantes, pero define todo. No permitió que escaparan. No permitió que la ciudad sumara otro homicidio sin responsables. Su reacción se volvió viral porque es brutal y clara: enfrentó solo a dos hombres armados que acababan de matar a sangre fría para robar un iPhone 17 Pro Max, la herramienta de trabajo del joven creador.

Mientras las autoridades reconstruyen la secuencia del crimen, el video ya se volvió un testimonio definitivo. Muestra la frialdad con la que los asaltantes actuaron, pero también la decisión del patrullero de impedir que huyeran. Fuentes policiales señalan que el uniformado actuó bajo protocolo frente a una agresión letal; la ciudadanía, por su parte, lo aplaude.

Una familia destrozada

Para la familia de Jean Claude, las imágenes duelen.

Duelen porque muestran cómo su vida se apagó en segundos.

Pero también porque prueban que el crimen no quedó sin respuesta.

En un país donde tantos asesinatos quedan sin resolver, la reacción de un policía en bicicleta —sin refuerzos, sin esperar apoyo, sin margen de error— permitió detener a los dos responsables en tiempo real. Y dejó claro que, ante un crimen que ha estremecido al país, la justicia empezó a moverse desde la misma calle donde la vida de un joven creador fue brutalmente arrebatada.