
El plan del horror: cruzó río en kayak, mató a exesposa y exsuegra y secuestró a su hijo
Pablo Rodríguez Laurta, un uruguayo de 38 años, fue detenido en Gualeguaychú luego de ejecutar un plan que incluyó el asesinato de un conductor, el doble feminicidio de su expareja y su exsuegra, y el secuestro de su hijo de cinco años. La justicia lo describe como un criminal metódico, que planeó cada paso con precisión escalofriante.
Cruzó el río en la madrugada, remando solo en un kayak. Del otro lado lo esperaba el inicio de una masacre. Pablo Rodríguez Laurta, uruguayo de 38 años, había pasado semanas preparando lo que las autoridades describen como un plan frío, premeditado y ejecutado con precisión quirúrgica: matar a su expareja, eliminar testigos y huir con su hijo menor.
El domingo 12 de octubre, la policía de Entre Ríos logró detenerlo en un hotel de Gualeguaychú. Llevaba varios días prófugo, buscado por Interpol y por la justicia argentina y uruguaya. A esa altura, ya había dejado un rastro de muerte detrás de él: tres víctimas y un niño desaparecido.
Un asesino calculador
Según los investigadores, Laurta asesinó a Luna Micaela Giardina, de 26 años, su expareja, y a Mariel Zamudio, su exsuegra, de 54. Antes, había matado a Martín Sebastián Palacio, un conductor de transporte por aplicación que, sin saberlo, se convirtió en parte del plan: lo trasladó varios kilómetros antes de ser asesinado y desmembrado.
“El sospechoso es un criminal metódico, consciente de cada acción y sin rastros de arrepentimiento”, dijo el ministro de Seguridad de Entre Ríos, Néstor Roncaglia. Las pruebas recabadas muestran una planificación minuciosa que comenzó semanas antes, cuando Laurta alquiló una cabaña en Salto, Uruguay, y entrenó durante días con un kayak. Ese sería su medio para cruzar clandestinamente el río Uruguay y entrar a Argentina.
El crimen que encendió las alarmas
El 7 de octubre, Laurta cruzó la frontera y contactó a Martín Palacio, a quien conocía desde la pandemia. Le pidió un viaje de más de 400 kilómetros hasta Rafaela, Santa Fe. Cámaras de seguridad registraron el momento en que ambos subieron al vehículo. Al día siguiente, el auto apareció abandonado en San Salvador, Entre Ríos. Días después, el cuerpo del conductor fue hallado desmembrado en Puerto Yeruá.
La policía determinó que el asesinato de Palacio fue parte del mismo plan: Laurta quería borrar todo vínculo que pudiera delatar su paso hacia el lugar donde cometería el doble feminicidio.
El doble feminicidio y el secuestro
El 11 de octubre, Laurta llegó hasta la casa de Luna Micaela Giardina. Allí estaban ella, su madre y el hijo de ambos, de cinco años. Horas más tarde, las dos mujeres fueron halladas muertas, y el niño había desaparecido.
Las autoridades confirmaron que el hombre huyó con el menor en taxi hasta Entre Ríos. Su rostro ya circulaba en alertas rojas de Interpol.
La captura
Tras rastrear llamadas, a conductores de aplicaciones y movimientos en la zona, la policía localizó a Laurta en el Hotel Berlín de Gualeguaychú. Fue arrestado sin oponer resistencia. El niño fue rescatado sano y puesto bajo protección de las autoridades.
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El caso estremeció a la región. La secuencia de crímenes —planeados con semanas de antelación y ejecutados con una frialdad alarmante— dejó al descubierto la magnitud de la violencia machista y la facilidad con la que un agresor puede burlar fronteras y controles.
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