
El pasado criminal de Joicer, el hombre que lo intentaron matar en Gaira y sobrevivió de milagro
El exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombia y confeso asesino del exdirector de Regalías de Córdoba, fue atacado a tiros en su residencia mientras cumplía casa por cárcel. El hecho ocurrió durante una jornada violenta que dejó dos muertos en Santa Marta.
El miércoles en Santa Marta, en menos de 12 horas, tres ataques sicariales quebraron la tranquilidad de la ciudad. Uno de ellos tuvo como blanco a un hombre cuyo nombre parecía haber quedado enterrado en los expedientes judiciales del país: Joicer Rafael Hernández Muñoz, exintegrante de las AUC y confeso asesino del exdirector de Regalías de Córdoba, Jairo Zapa.
El atentado se registró frente a una vivienda del barrio Nueva Bethel, en Gaira, donde Hernández cumplía medida de casa por cárcel.
De acuerdo con versiones de testigos, un hombre se acercó a pie y sin mediar palabra le disparó en repetidas ocasiones. Luego huyó en una motocicleta conducida por un cómplice.
Vecinos salieron en medio del caos. Vieron al exparamilitar desplomado, sangrando, pero aún con vida. Lo subieron a un vehículo particular y lo trasladaron al hospital Julio Méndez Barreneche, donde ingresó en estado crítico. Contra todo pronóstico, sobrevivió.
Un prontuario que no se borra
Hernández Muñoz no era un desconocido para la justicia. Su nombre quedó grabado en la memoria judicial del país cuando, en 2014, confesó haber participado en el asesinato y desaparición del funcionario cordobés Jairo Zapa, un crimen que sacudió a Montería y destapó una red de corrupción que involucró a exfuncionarios de la Gobernación de Córdoba.
Su testimonio fue clave para esclarecer el caso. En los estrados judiciales relató cómo fue contactado, cómo ejecutaron el crimen y cómo intentaron borrar toda evidencia. Por esa confesión fue condenado a 23 años de prisión, aunque solo cumplió cerca de la mitad antes de acceder a beneficios judiciales.
En Gaira, donde vivía desde hacía algunos meses, buscaba rehacer su vida. Pero, como dicen los investigadores, “el pasado no perdona”.

Según fuentes extraoficiales, el ataque podría estar ligado a viejas cuentas pendientes o incluso a un intento de silenciarlo definitivamente.
Una jornada bajo fuego
El atentado contra Hernández fue solo uno de los tres ataques armados ocurridos ese día en Santa Marta. En otros sectores de la ciudad, dos hombres fueron asesinados bajo la misma modalidad sicarial, dejando al descubierto una ola de violencia que no da tregua y que mantiene a las autoridades bajo presión.
La Policía Metropolitana de Santa Marta confirmó que se investiga si existe conexión entre los tres hechos o si, en el caso de Hernández, se trató de un ajuste de cuentas individual. Por ahora, el exparamilitar sigue bajo vigilancia médica y con custodia policial en el hospital.
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