El paraíso que se volvió pesadilla: Puerto Gaira en crisis por crecimiento desordenado de edificios


Un residente que llegó hace ocho años con la ilusión de vivir en tranquilidad, denuncia los graves problemas de agua, alcantarillado y urbanismo desbordado en el sector. Asegura que las autoridades siguen otorgando licencias de construcción sin resolver la crisis sanitaria.

Cuando Carlos Cárdenas compró su apartamento en Puerto Gaira, pensó que había encontrado el sitio perfecto para vivir: un barrio residencial, con vista al mar y la promesa de tranquilidad. Ocho años después, la realidad lo tiene al borde de irse de la ciudad.

“Lo hice por el paisaje, la calma, porque era una zona para descansar y disfrutar en familia”, recuerda. Pero en los últimos cuatro años, esa ilusión se fue desmoronando con el crecimiento descontrolado de la construcción en la zona.

Un sistema sanitario al límite

El residente denuncia que se están entregando licencias de construcción de manera indiscriminada, sin prever los impactos en un sistema de agua potable y alcantarillado que ya está colapsado.

“El alcantarillado vive rebosado, no importa si llueve o no. Los olores son nauseabundos. El acueducto tampoco responde a la demanda. ¿Cómo es posible que sigan aprobando edificios sin solucionar primero estos problemas?”, cuestiona.

Megaproyectos frente al mar

La preocupación crece con los proyectos que ya están en marcha. Según Cárdenas, una constructora prepara un edificio de 23 pisos y 489 apartamentos, una cifra superior al número de viviendas que hoy existe en los siete edificios del sector.
“¿A dónde van a ir los residuos de ese edificio? ¿Al mismo alcantarillado que no sirve?”, se pregunta. Otra constructora también proyecta levantar más torres en la zona, aumentando la presión sobre la infraestructura.

Playa restringida

La situación no se limita a los servicios básicos. Los residentes también temen perder el acceso a la playa de Puerto Gaira. Cárdenas asegura que los nuevos proyectos han solicitado concesiones que podrían limitar el ingreso a kioscos y zonas exclusivas para los turistas de esos edificios.

“Nos quieren sacar de la playa que siempre ha sido nuestra, dejándola solo para quienes compren apartamentos en esos proyectos. Eso no es justo”, denuncia.
Entre la indignación y la incertidumbre
La acumulación de problemas ha llevado a este habitante a considerar abandonar Puerto Gaira y hasta la ciudad. “Uno se pregunta si vale la pena seguir viviendo aquí, o buscar otro lugar en otra ciudad donde la vida esté más tranquila y planeada a futuro. En Santa Marta todo parece improvisado”, sentencia.

Mientras tanto, los vecinos del sector esperan respuestas de las autoridades ambientales y distritales sobre por qué se siguen otorgando licencias de construcción en medio de una crisis de servicios públicos y con riesgo de privatizar una playa que debería ser de uso público.


¿Quieres pautar

con nosotros?