
El nuevo ministro nombrado por Petro que fue actor porno y vive con VIH
El presidente Gustavo Petro defendió el nombramiento de Juan Carlos Florián, politólogo y defensor de derechos humanos y miembro de la población LGBTI, cuya vida estuvo marcada por la migración, el trabajo sexual y la lucha contra el VIH. Su llegada al Ministerio de Igualdad ha desatado un debate nacional sobre inclusión, estigma y los límites de la representación política.
El anuncio no pasó inadvertido. Juan Carlos Florián, hasta hace pocos días viceministro, fue designado como nuevo titular del Ministerio de Igualdad, un cargo clave para la agenda social del Gobierno. El presidente Gustavo Petro lo presentó como un ejemplo de superación: un hombre que enfrentó amenazas, huyó del país, sobrevivió en condiciones extremas y regresó para servir al Estado.
Pero lo que para algunos es una historia de resiliencia, para otros es una controversia abierta. Florián ha contado sin filtros su vida: es gay, fue trabajador sexual, actor de contenido para adultos, migrante en París y vive con VIH. “No vengo de las élites, vengo de las calles, de la lucha y del activismo de verdad”, escribió en redes sociales, defendiendo que su pasado no lo inhabilita, sino que lo conecta con las realidades que debe atender desde el ministerio.
Con una trayectoria de cerca de dos décadas en organizaciones como Médicos Sin Fronteras y Save the Children, y experiencia en la construcción de políticas para poblaciones vulnerables, Florián ya había ocupado la dirección LGBTI de Bogotá Humana. Allí, su defensa de derechos lo convirtió en blanco de amenazas de muerte que precipitaron su exilio. París fue refugio y, a la vez, escenario de supervivencia: las cámaras de un chat para adultos fueron su sustento durante meses.
El contexto político agrega combustible a la polémica. La cartera de Igualdad nació bajo el liderazgo de Francia Márquez, pero las tensiones con el presidente terminaron con su salida de la dirección del ministerio. En ese proceso, Petro nombró a Carlos Rosero y luego a Florián como viceministro, un movimiento que Márquez rechazó. Su llegada ahora como ministro reaviva la fractura dentro del Ejecutivo.
En medio del ruido, Petro defendió su decisión: “Fue amenazado, se exilió, sobrevivió como pudo y volvió para servirle al país. Para mí, eso es liderazgo”. Sin embargo, las redes sociales y el debate mediático muestran un país dividido. Entre aplausos y críticas, la discusión ya no es solo sobre un nombramiento, sino sobre qué tipo de historias son aceptables en la política y hasta dónde llega la verdadera inclusión.
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