El joven de 22 años, fue atacado a bala por registrar una pelea entre una pareja en un estadero del barrio María Eugenia.

La tarde del martes, en el barrio María Eugenia, un joven de 22 años aprendió de la peor manera que en estos tiempos hasta grabar puede costarte la vida.

Víctor Manuel Suárez Cabana estaba en un estadero del sector, parchado como cualquiera y viendo cómo una pareja se gritaba en el lugar. Ella, molesta; él, fuera de sí y con varios tragos encima. La escena, que parecía de novela, llamó la atención de todos los que estaban alrededor.

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Como muchos hacen hoy, Víctor sacó su celular para grabar el momento. No insultó, no se metió. Solo observaba. Pero el hombre, al notar que lo estaban registrando, se encendió más. Testigos cuentan que le reclamó con furia, que le gritó “¡Borra eso!” y sin esperar respuesta, desenfundó un arma.

Dos tiros. Así de rápido cambió todo. Víctor cayó al suelo mientras el agresor se fue del lugar con la misma mujer con la que minutos antes discutía. El joven fue trasladado de emergencia a un centro asistencial, donde los médicos lograron estabilizarlo, aunque su pronóstico sigue reservado.

Hoy, el video que él alcanzó a grabar —ese que iba a ser para el chisme o la curiosidad— se convirtió en una de las pruebas más importantes para identificar y capturar al atacante.

En el barrio lo conocen como un pelado tranquilo, alegre, trabajador. “Ese muchacho no busca lío con nadie”, dice un vecino. “Solo estaba grabando como hace todo el mundo.”

La comunidad está indignada. Hablan de miedo, de impotencia y de una intolerancia que parece crecer sin control. “Ya ni grabar se puede”, comentó una residente.