
“El diablo lo tentó, estaba poseído por una fuerza oscura”: la versión de congregación sobre abuso del pastor a su hijastra
Creyentes afirman que su líder espiritual fue víctima de una posesión demoníaca. Pese al dolor, se mantienen en oración y desmienten que pidan su libertad.
Desde que la noticia sacudió a la comunidad, la iglesia que lideraba el pastor José Ramírez no ha cesado en sus oraciones. Las paredes del pequeño templo donde solía predicar ahora resguardan el silencio de una congregación que, entre lágrimas y plegarias, intenta encontrar consuelo en su fe ante un hecho que jamás imaginaron: uno de sus guías espirituales abusó e intentó asesinar a su hijastra de 13 años para luego enterrarla en un patio. En medio de esta situación han rodeado a la madre de la menor afectada.
La niña, conocida en redes por realizar videos de oración junto a su mamá, fue víctima de un ataque tan brutal como desconcertante. Para los fieles que cada semana escuchaban al pastor alabar y predicar sobre el amor, la salvación y la lucha contra el mal, la noticia cayó como un rayo en medio del altar.
Pero lejos de abandonar su credo, la comunidad se ha aferrado a él con más fuerza. Según los líderes de la iglesia, Ramírez fue víctima de una posesión demoníaca. En su visión espiritual, afirman que el pastor fue tentado por Belcebú y perdió la batalla interna que todo creyente libra contra las fuerzas del mal.
No piden libertad para el pastor
“Nadie justifica lo que hizo”, repite uno de los más veteranos de la congregación. “Estamos dolidos, muy dolidos, pero también creemos en el poder del perdón. Él se dejó tentar, cayó, y ahora debe responder ante la justicia. Nosotros oramos para que su alma encuentre redención, pero nunca hemos pedido que lo liberen”.
La postura del grupo religioso contrasta con algunas versiones difundidas por otros medios, que aseguraban que la iglesia pedía clemencia judicial para el pastor. Nada más alejado de la realidad, aseguran. Reconocen el delito, reconocen el daño, y aunque no pueden comprender del todo cómo alguien a quien admiraban tanto pudo convertirse en agresor, han decidido perdonarlo desde su fe.
“No se trata de impunidad, se trata de que no queremos que esto vuelva a pasar. Estamos pidiendo protección espiritual para todos los que aquí venimos a buscar a Dios, para que el maligno no toque más a nuestras familias”, dice una mujer que aún no puede contener las lágrimas.
La comunidad vive ahora entre el duelo y la resistencia. La fe, puesta a prueba de manera brutal, parece ser su único asidero en medio del desconcierto. Nadie sabe aún qué será del pastor Ramírez ni del rumbo que tomará la congregación. Lo único claro es que siguen orando. Oran por la niña, por su madre, por la iglesia… y hasta por quien los llevó al borde del abismo.
El pastor no aceptó los cargos imputados a pesar que el juez tuvo algunas consideraciones con él al no tener en cuenta el delito de intento de femenicidio.
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