La mayoría de las víctimas, 176 hombres y 8 mujeres, fueron asesinadas en los municipios de Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, El Retén y Fundación, en esta zona norte de Magdalena. Defensores de derechos humanos exigen acciones urgentes ante la creciente presencia de grupos armados ilegales.
La violencia en el Magdalena sigue desbordándose, consolidando el corredor comprendido entre los municipios de Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, El Retén y Fundación como uno de los más peligrosos de la región.
Un reciente informe de la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos (PDHAL) revela que entre el 1 de enero y el 17 de septiembre de 2024, se han registrado 184 homicidios en esta zona, conocida ahora como el “corredor de la muerte”.
Cifras alarmantes
El informe detalla que de las 184 víctimas, 176 eran hombres y 8 mujeres. El municipio de Ciénaga encabeza la lista con 86 homicidios, lo que lo convierte en el epicentro de la violencia en este corredor.
Zona Bananera sigue con 49 asesinatos, Fundación con 28, Aracataca con 13 y El Retén con 8. Estas cifras, que muestran una alarmante tendencia en la región, han encendido las alarmas entre los defensores de derechos humanos y la sociedad civil.
Lerber Dimas, defensor de derechos humanos, ha sido una de las voces más críticas en torno a esta problemática. A través de su cuenta de X, el activista condenó la presencia de actores armados ilegales y la ola de homicidios, calificando la zona como un verdadero «corredor de la muerte».
«¿Para esto quieren el EGC una mesa socio-jurídica? La ‘voluntad de paz’ está cuestionada”, manifestó Dimas, refiriéndose a los recientes llamados de algunos grupos armados a una negociación con el Estado.
Escalada de violencia
En los últimos meses, la situación ha empeorado. No solo se han multiplicado los asesinatos, sino que también se han registrado crímenes de alto impacto, como masacres, el asesinato de docentes y líderes sociales.
Uno de los casos más recientes fue el asesinato de un líder sindical cuyo cuerpo fue encontrado con un cartel que lo vinculaba a un grupo armado ilegal. Estos actos de violencia, que se producen bajo la sombra de la impunidad, han sembrado el miedo en la región.
Organizaciones sociales y de derechos humanos han denunciado la constante presencia de grupos armados ilegales en la zona, quienes luchan por el control del territorio y de las rutas del narcotráfico.
Estos grupos, que operan en la clandestinidad, han encontrado en el corredor Ciénaga-Fundación un espacio estratégico para sus actividades ilícitas.
Reacción de las autoridades
Pese a la gravedad de la situación, las autoridades locales y nacionales han sido duramente criticadas por su lenta respuesta ante esta ola de violencia.
A pesar de algunos operativos en la región, los resultados han sido insuficientes para frenar el avance de los grupos armados ilegales y los homicidios.
Los ciudadanos de estos municipios viven bajo constante temor, enfrentando no solo la violencia directa, sino también las secuelas psicológicas y económicas de vivir en una región marcada por el crimen y la impunidad. Las familias de las víctimas, por su parte, exigen justicia y una acción decidida por parte del Estado.
Ante esta situación, los defensores de derechos humanos insisten en que es necesario un enfoque integral para abordar el problema de la violencia en el corredor Ciénaga-Fundación. Esto incluye no solo medidas de seguridad, sino también la creación de oportunidades económicas y sociales que desvinculen a los jóvenes de los caminos de la criminalidad.
