El camaleón del Magdalena: el doble juego de Franklin Lozano que reventó su propio caudal político


En las elecciones atípicas, el dirigente que se proclamaba opositor de Fuerza Ciudadana terminó jugando en dos bandos, fracturó su estructura y, según sus propios aliados, hundió la opción de Rafael Noya. Su estrategia, dicen, apunta a blindar su aspiración a la Cámara, aunque ni siquiera tiene lista definida.

La política del Magdalena volvió a dejar un nombre en el centro del ruido, aunque él insista en moverse en silencio: Franklin Lozano, un dirigente que hace meses prometía ser el muro de contención contra Fuerza Ciudadana, pero que terminó operando desde las sombras como un jugador de doble tablero. Su propio equipo ya lo llama como muchos en los pasillos: “el camaleón”.

Durante semanas se vendió como el principal opositor del caicedismo, pero en la recta final de las atípicas su discurso y su estructura se partieron en dos. Lo que se decía públicamente no coincidía con lo que ordenaba en los municipios, y esa fractura terminó costándole a un candidato y revelando el verdadero juego del dirigente.

Sitionuevo para Margarita, Puebloviejo para Noya: la instrucción que rompió todo

El reacomodo fue tan evidente que sorprendió incluso a sus bases. En Sitionuevo, donde Lozano ha tenido uno de sus bastiones históricos, su gente terminó alineándose con Margarita Guerra, actual gobernadora.Pero en Puebloviejo, otro territorio que siempre le respondió, la orden fue apoyar a Rafael Noya.

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El resultado fue un golpe directo a la cohesión del equipo. Lo que antes era un bloque compacto se convirtió en una votación dividida que debilitó a uno de los candidatos y dejó claro que Lozano ya no mueve su gente hacia un solo destino, sino hacia donde convenga a sus cálculos personales.

“Terminó de hundir la posibilidad que tenía el equipo de Noya de ganarse las elecciones”, reconocieron integrantes de su propia estructura política. Nadie lo dice en público, pero lo murmuran todos.

La jugada no era por las atípicas: era por marzo

Detrás del movimiento en zigzag hay una lectura que comparten aliados y analistas: Lozano no estuvo jugando por la Gobernación, sino por su propia aspiración a la Cámara de Representantes.

En marzo busca retener la curul. Sin embargo, hoy no tiene lista definida y su caudal político luce más fragmentado que nunca. Para mantener viva esa opción, su estrategia fue la de siempre: repartir apoyos para mantenerse vigente en varios frentes.

Repartir votos para sobrevivir: el libreto del Senado

Ese mismo libreto lo está repitiendo en el escenario nacional. Lozano no tiene un solo aliado en el Senado: tiene varios.

En esta temporada preelectoral, según fuentes políticas, ofrece su votación a:’Gordo’ Fiorillo,

Nadia Blel, Gersel Pérez y otros actores que buscan entrar fuerte en la región. Cada uno recibe un pedazo del caudal de Lozano. Nadie recibe todo.

Esa estrategia, que en el pasado le permitió moverse sin romper con nadie, hoy es vista como una señal de debilidad: divide porque ya no alcanza a sostener un proyecto sólido por sí mismo.

¿Le alcanzará en marzo o se quedó sin base?

Lozano intenta ser el dirigente que está en todas partes sin pertenecer del todo a ninguna.

Pero con una estructura fragmentada, aliados molestos y un caudal que ya no responde con la misma fuerza, la pregunta quedó abierta: ¿Le alcanzarán los votos para marzo o su estrategia camaleónica lo dejará sin nada justo cuando más necesita mostrar fuerza?

En la política del Magdalena ya hay quienes creen que esta jugada, lejos de blindarlo, podría ser la que finalmente lo exponga.


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