Discutió con su amiga y le desfiguró el rostro de un mordisco; fue capturada por la policía


En medio de una discusión, atacó brutalmente a la otra mujer causándole una herida profunda con sus dientes.

La confianza de años se rompió en segundos. Lo que empezó como una discusión entre dos amigas en el interior de una vivienda terminó convertido en un hecho de extrema brutalidad: una de ellas, identificada como Ana Karina Bracho Galue, de 26 años, mordió a su compañera en la mejilla y le arrancó un pedazo de piel.

La escena, que dejó atónitos a los vecinos, ocurrió tras una acalorada discusión por motivos personales. Primero fueron gritos, reproches y empujones, hasta que la pelea escaló a un nivel inimaginable. En medio del forcejeo, Bracho perdió el control y atacó con un mordisco que desfiguró a su amiga y la dejó ensangrentada en el suelo.

Los gritos desesperados alertaron a los habitantes del sector, quienes corrieron a auxiliar a la víctima. “Llegó ensangrentada y en estado de shock”, relató una fuente médica del centro asistencial donde fue atendida de urgencia. Los médicos confirmaron que sufrió una herida profunda en el rostro y laceraciones en un brazo, consecuencia del violento forcejeo.

Mientras la víctima era trasladada al hospital, uniformados de la Policía Metropolitana de Montería ingresaron a la vivienda y capturaron a Ana Karina Bracho. La mujer, de nacionalidad venezolana, quedó a disposición de la Fiscalía, que la investiga por el delito de lesiones personales.

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El caso ha provocado indignación en Montería. Para muchos, el ataque refleja el nivel alarmante de intolerancia que se vive en la ciudad. Las autoridades locales reiteraron su llamado a resolver los conflictos de manera pacífica, advirtiendo que episodios como este, donde la violencia supera cualquier límite, dejan consecuencias irreparables.

La víctima continúa bajo observación médica y deberá someterse a cirugías reconstructivas para recuperar parte del tejido perdido en su rostro. En tanto, la presunta agresora enfrenta un proceso judicial que podría marcar su vida tanto como las cicatrices que ya marcaron el rostro de quien alguna vez fue su amiga.


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