Dos motocicletas adaptadas para acrobacias fueron incineradas m por desconocidos en Putumayo. Un cartel amenazante reavivó el temor entre jóvenes motociclistas, tras un caso similar ocurrido en septiembre de 2024.

El municipio de Orito, en el departamento de Putumayo, fue nuevamente escenario de una agresión directa contra jóvenes que practican acrobacias en motocicleta. Dos motos acondicionadas para la modalidad conocida como stunt fueron incineradas por sujetos desconocidos.

Tal parece que los responsables de este ataque, pretenden forzar a que en esa localidad se deje de practicar esta actividad.

La preocupación no se centra únicamente en la quema de los vehículos, sino en el mensaje amenazante que fue dejado junto a los restos calcinados. Un cartel con advertencias dirigidas a quienes practican estas maniobras apareció en el mismo lugar del ataque.

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El video de la escena, difundido en redes sociales, muestra las motocicletas destruidas y la intimidación escrita de manera explícita. Las imágenes se viralizaron rápidamente, alimentando el temor de que se trate de una persecución dirigida.

No es la primera vez. El 20 de septiembre de 2024 se reportó un hecho similar en el casco urbano de Orito, cerca del complejo deportivo. En esa ocasión, tres motocicletas fueron quemadas por hombres armados que interceptaron a un grupo de jóvenes stunteros. Nadie fue capturado, y las causas detrás del ataque siguen sin esclarecerse.

La repetición del patrón ha generado una alerta creciente entre los motociclistas de la zona, quienes aseguran estar siendo intimidados de forma sistemática. Muchos creen que existe una intención clara de eliminar cualquier rastro de esta práctica, que para ellos no solo representa una afición, sino una forma de expresión juvenil y una alternativa a otros entornos violentos.

Las autoridades locales confirmaron que se abrió una investigación para dar con los responsables y esclarecer si existe algún grupo detrás de los ataques. Sin embargo, hasta ahora no se han anunciado avances concretos.

Los jóvenes motociclistas de Orito insisten en que no están delinquiendo, sino buscando un espacio para canalizar su pasión y energía. Denuncian que se sienten perseguidos, y exigen garantías mínimas para continuar con su actividad sin miedo a represalias violentas.