El peligroso delincuente fue detenido en una vivienda del sector de Gaira.

Hasta hace poco, Brayan Armando Rueda vestía el uniforme de la Policía Nacional, recorría las calles de Barranquilla y saludaba a la ciudadanía con la disciplina que exige la institución. Hoy, su nombre figura en los expedientes de las autoridades como uno de los hombres más peligrosos de la estructura criminal «Los Costeños», y su captura, ocurrida este fin de semana en Santa Marta, ha sido catalogada como un golpe certero contra la delincuencia organizada.

Alias «Caretales» fue arrestado en el barrio Gaira, en una operación conjunta entre unidades de la Seccional de Investigación Criminal e Interpol (SIJIN) de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

La persecución contra él no era reciente: desde hacía meses las autoridades le seguían el rastro, sabiendo que, tras su retiro voluntario de la Policía en 2023, había cruzado la línea de la legalidad para ponerse al servicio de alias «Castor», cabecilla de «Los Costeños».

De acuerdo con los investigadores, su rol no era menor. «Caretales» dinamizaba actividades criminales de alto impacto: homicidios selectivos, tráfico de drogas, almacenamiento de armas, extorsiones y despojo de tierras. Sus dominios se extendían por Soledad y sectores estratégicos del suroriente y suroccidente de Barranquilla, donde su nombre inspiraba terror.

Entre los crímenes que se le atribuyen figuran el doble homicidio de un comerciante en octubre de 2023 y otro asesinato ocurrido en marzo de 2024, ambos relacionados con presiones extorsivas. La gravedad de sus actos llevó a que Interpol emitiera una circular azul para su localización internacional, convirtiéndolo en objetivo prioritario para las autoridades.

Este fin de semana, la cacería terminó. En una casa modesta de Gaira, Brayan Armando Rueda fue sorprendido por los uniformados que alguna vez fueron sus compañeros de filas.

Su detención no solo pone fin a su carrera delictiva, sino que también deja en evidencia el oscuro camino que eligió transitar: el de pasar de defensor de la ley a pieza clave en una de las organizaciones criminales más temidas del Caribe colombiano.