El hombre conocido en el barrio como “Mr Beats”, fue asesinado de cinco disparos en un ataque sicarial. Ya había sobrevivido a un atentado anterior, pero esta vez los sicarios se aseguraron de no dejarlo con vida.

La primera vez fallaron. Una bala en el cuello no alcanzó para borrar a Brayan Coronado de las calles de Las Malvinas. Milagrosamente, sobrevivió al atentado y muchos pensaron que aquello sería suficiente advertencia. Pero no. Sus enemigos volvieron y esta vez no dejaron cabos sueltos: le dispararon cinco veces, asegurándose de que no se levantara más.

La escena fue brutal. Eran alrededor de las ocho de la noche y en el sector se adelantaba una reunión entre líderes comunitarios. Un video que se grababa en ese momento registró de fondo las detonaciones. Cinco disparos secos, seguidos, que interrumpieron la conversación y sellaron la suerte de “Mr Beats”.

El cuerpo de Coronado quedó tendido en la calle, justo donde acostumbraba pasar gran parte de sus días. Algunos vecinos lo recuerdan como un hombre tranquilo, que no molestaba a nadie, mientras otros lo describen como alguien incómodo, cuya presencia generaba malestar. Lo que sí estaba claro es que tenía enemigos, y estos decidieron sacarlo definitivamente del camino.

“Ya no lo querían ver más aquí”, se escuchó entre murmullos esa noche. Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero en Las Malvinas todos saben que la muerte de Coronado no fue casualidad.

La Policía confirmó que se trató de un ataque sicarial y abrió una investigación para dar con los responsables. Sin embargo, en el barrio reina el silencio: pocos se atreven a hablar y muchos prefieren no saber.

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Así terminó la vida de “Mr Beats”: odiado por algunos, querido por otros, pero con el mismo destino de tantos jóvenes que, como él, caen bajo la ley implacable de las balas en los barrios de Santa Marta.