A pesar de estar cerca del río Magdalena, la comunidad de Bálsamo, en Concordia, enfrenta una crisis hídrica que se ha extendido por más de 40 días.
Desde hace más de un mes, los residentes del corregimiento de Bálsamo, en Concordia, Magdalena, han estado luchando por el acceso a agua potable.
A pesar de su proximidad al río Magdalena, la comunidad ha tenido que enfrentar la falta de este recurso esencial, lo que ha afectado su calidad de vida y sus actividades económicas.
La situación ha provocado que las familias de Bálsamo se vean obligadas a pagar altos precios para conseguir el líquido vital.
Muchos deben comprar el preciado líquido a vendedores que la buscan en otras poblaciones y transportan en burros o motocarros.
El valor de este servicio es de hasta 20 mil pesos por caneca, lo cual se convierte en una dificultad económica para los pobladores.
La comunidad asegura que la situación se ha vuelto insostenible, especialmente para el sector agricultor, ganadero y pesquero que dependen del agua para sus actividades diarias.
La crisis se agravó con la reciente sequía que azotó la región en el primer semestre del año. Aunque las lluvias han regresado, el problema de la falta de agua potable continúa, poniendo en riesgo la subsistencia de la comunidad y sus medios de vida.
Las familias han denunciado pérdidas en sus cultivos y una disminución en la actividad pesquera debido a la falta de agua.
Los habitantes de Bálsamo han expresado su descontento con la gestión local, ya que no existe una explicación sobre lo que pasa. Ni tampoco se conoce un plan de contingencia por parte de la administración distrital.
Además de las múltiples quejas por los altos costos del agua, los residentes también denuncian la falta de carrotanques enviados por las autoridades, que no logran cubrir las necesidades de toda la comunidad.