
Corpamag desmiente a Essmar: las aguas residuales siguen contaminando el mar en Santa Marta
Pese a que la Essmar aseguró que había controlado el derrame de aguas magras desde la torre del emisario submarino en El Boquerón, Corpamag verificó lo contrario: la contaminación persiste y la empresa sigue incumpliendo las medidas ambientales ordenadas.
El mar de Santa Marta continúa recibiendo aguas residuales a plena vista, aunque la Empresa de Servicios Públicos (Essmar) insista en que la emergencia ya fue controlada. Esa versión fue desmentida con contundencia por la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag), que tras nuevas inspecciones verificó que la descarga de residuos no ha cesado y que la contaminación al litoral caribeño persiste.
La polémica gira en torno al emisario submarino ubicado en el sector de El Boquerón, donde Essmar reportó la supuesta contención de los vertimientos. Sin embargo, la autoridad ambiental constató que no solo se mantiene el flujo de aguas residuales hacia el mar, sino que la empresa ha incumplido reiteradamente las órdenes impartidas mediante la Resolución 2798 del 25 de julio de 2025, que exigía disponibilidad de equipos Vactor, mecanismos de contención y reportes periódicos.
“El problema sigue y es grave. Las aguas residuales están generando impactos directos sobre la flora, la fauna, los ecosistemas marinos y hasta el turismo de la ciudad”, advirtió Gustavo Pertúz Valdés, subdirector de Gestión Ambiental de Corpamag.
Lejos de atender los llamados, Essmar ha contribuido al agravamiento de la crisis. Ni siquiera las medidas preventivas ni la apertura de un proceso sancionatorio ambiental mediante el Auto 830 del 12 de junio de 2025 han logrado que la empresa actúe con efectividad. La corporación reiteró que se requiere con urgencia la presentación del Plan de Saneamiento y Manejo de Vertimientos (PSMV), así como el cumplimiento inmediato y verificable de las acciones exigidas.
Para Corpamag, la situación no solo es un incumplimiento administrativo, sino una amenaza seria contra el mar Caribe, que hoy se ve golpeado por los vertimientos sin control.
“Aunque los vertimientos ocurren en el área urbana, el destino final es el mar, y ese es el ecosistema que debemos salvaguardar”, recalcó Pertúz.
La crisis revela un problema de fondo: mientras las autoridades anuncian sanciones y exigen planes, la Essmar sigue fallando en lo más elemental, contener la contaminación. En el terreno, el mar continúa recibiendo aguas negras que ponen en riesgo la salud pública, la economía local y la sostenibilidad ambiental de Santa Marta.
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