Conocido por su habilidad para escapar de los centros de reclusión y por una cadena de delitos que aterran a la ciudadanía, fue capturado nuevamente en Santa Marta. Las autoridades lo catalogan como un delincuente peligroso, pese a su corta edad.

A sus 16 años, este joven ya carga con un prontuario que lo hace temido no solo en Santa Marta, sino también en otras ciudades del Caribe. Su nombre, que la ley mantiene bajo reserva por ser menor de edad, es sinónimo de miedo en varios barrios donde ha despojado de sus pertenencias a ciudadanos, siempre con violencia y frialdad.

Su historia criminal ha estado marcada por un patrón: delinquir y escapar. En más de una ocasión logró fugarse de centros especializados de reclusión para adolescentes, como ocurrió recientemente en Montería, Córdoba. Esa facilidad para burlar los controles lo convirtió en un desafío constante para las autoridades.

Esta vez, sin embargo, su libertad en las calles duró poco. Agentes de la Seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Nacional lograron su aprehensión en Santa Marta, en cumplimiento de una orden judicial por hurto agravado. Según la investigación, el menor había participado en un robo múltiple en el que varias personas fueron despojadas de sus pertenencias bajo amenazas.

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El coronel Jaime Hernán Ríos Puerto, comandante de la Policía Metropolitana de Santa Marta, señaló que el adolescente es considerado un riesgo para la comunidad: “La Policía Nacional ratifica su compromiso en la lucha contra los delitos que afectan la seguridad ciudadana y continuará desarrollando acciones operativas y preventivas para garantizar la tranquilidad de la comunidad”, expresó el oficial.

La reincidencia de este menor refleja un fenómeno que preocupa: cada vez más jóvenes son reclutados por el mundo del delito, convirtiéndose en protagonistas de robos, atracos y hasta homicidios. En este caso, la violencia y la astucia del adolescente han obligado a que las medidas de custodia se refuerzen al máximo para impedir una nueva fuga.