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Colombiana fue estrangulada en su apartamento en Estados Unidos y su pareja es el único sospechoso


La mujer fue hallada muerta en su apartamento en Georgia con aparentes signos de estrangulación. Su familia señala a su pareja, hoy bajo custodia policial, y exige que el caso avance como feminicidio.

Cuando la hermana de Marisol Ballestero Brochero decidió entrar al apartamento en el complejo Parc de Norcross, en Georgia, no obtuvo respuesta al tocar la puerta. Adentro la esperaba la escena que nadie quiere enfrentar: Marisol, de 32 años, sin vida.

Ese hallazgo desató la conmoción que hoy recorre a su familia en La Paz, César en Colombia y a la comunidad latina que la conocía en Estados Unidos.

Lo que siguió fue una cantidad de información que apuntan a una misma dirección. De acuerdo con la Policía local, el cuerpo de Marisol presentaba signos claros de estrangulación. Y mientras los agentes acordonaban el lugar, otra historia se movía en paralelo en las calles del condado: Fabricio Cerchairo, su pareja y principal sospechoso, chocaba minutos después su vehículo contra la pared de una escuela. Lo encontraron herido y fue trasladado a un hospital de Atlanta, donde permanece bajo custodia policial.

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La familia Ballestero no duda en señalarlo. Aseguran que la relación entre Marisol y Cerchairo estaba rota desde hacía meses, marcada por discusiones, tensiones y un desgaste que todos habían notado. “Se habían separado apenas tres días antes”, relató un familiar desde La Paz, Cesar, el pueblo de donde ella salió hace cuatro años para buscar un futuro en Estados Unidos.

Pero esa búsqueda quedó truncada

Marisol convivió durante siete u ocho años con Cerchairo. Con él tuvo dos de sus tres hijas. Para la familia, ese pasado de convivencia no deja espacio para la duda: la violencia que la rodeaba podría ser la misma que terminó apagando su vida.

Fue la hermana de la víctima quien confirmó los peores temores. Entró al apartamento sin imaginar que se convertiría en la principal testigo del final.

Desde ese instante, los Ballestero pidieron lo que consideran justo: que el caso no quede en silencio. “Queremos claridad, queremos justicia”, insistieron, tratando de sostener la voz a pesar del dolor.

Las autoridades estadounidenses avanzan ahora en la reconstrucción de las últimas horas de Marisol. Analizan pruebas, revisan testimonios y esperan que la recuperación médica de Cerchairo permita iniciar formalmente el proceso en su contra. Por ahora, él sigue siendo el único sospechoso.

En Norcross queda un apartamento vacío.

En Colombia, tres niñas preguntan por su mamá. Y en dos países distintos, la misma exigencia se repite: que la muerte de Marisol no se pierda entre los expedientes, que no sea otro caso más en la larga lista de mujeres silenciadas.


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