
Colmenares 2.0: otro estudiante de Los Andes muere tras fiesta de Halloween con amigos
Una noche de disfraces terminó en tragedia. Jaime Esteban Moreno, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería de Sistemas, murió tras una brutal golpiza durante una fiesta de Halloween. Tres de sus amigos fueron capturados como principales sospechosos. Quince años después, el país revive la sombra del caso Colmenares.
Lo que debía ser una celebración universitaria terminó convertido en una escena de horror.
El 30 de octubre, Jaime Esteban Moreno Jaramillo, de 20 años, asistió a una fiesta de Halloween organizada por compañeros de la Universidad de los Andes. Horas después, el joven estudiante de Ingeniería de Sistemas sería llevado de urgencia al Hospital Simón Bolívar, con signos de una violenta golpiza.
Los médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida, pero Jaime no resistió. Falleció la noche del viernes, cuando la ciudad aún estaba cubierta por el ruido de disfraces, risas y música.
Los sospechosos: sus propios amigos
El caso estremeció a la comunidad universitaria y al país entero cuando se conoció que tres de los detenidos por la golpiza eran conocidos del propio Jaime.
La Policía y la Fiscalía confirmaron que todos habían compartido durante la noche del ataque. Lo que ocurrió entre ellos aún no está claro: si hubo una pelea, una traición o un acto premeditado.
Las investigaciones avanzan con entrevistas, revisión de cámaras y reconstrucción de los últimos movimientos del joven antes de ser agredido. Cada testimonio es una pieza clave para entender por qué una fiesta terminó en tragedia.
El eco de Colmenares
La noticia revivió un dolor colectivo. En redes sociales, muchos no dudaron en señalar las similitudes con la muerte de Luis Andrés Colmenares, ocurrida también tras una fiesta de Halloween hace 15 años.
El propio Luis Colmenares, hermano del joven fallecido en 2010, reaccionó con un mensaje en X que estremeció al país:
“¿Otra vez? Un estudiante de la Universidad de los Andes murió tras una fiesta de Halloween. Fue agredido, presuntamente, por algunos de sus compañeros. Lo leí y no pude evitar sentir un nudo en el pecho.”
Y añadió:
“Mi hermano también murió un 31 de octubre. Desde entonces, esa fecha dejó de ser solo disfraces y risas: se volvió un recordatorio de lo frágil que puede ser la vida.”
El eco de su mensaje hizo aún más dolorosa la coincidencia. Dos jóvenes, dos fiestas de Halloween, la misma universidad, y una sociedad que vuelve a preguntarse qué está fallando entre sus propias élites.
El silencio en Los Andes
El sábado en la mañana, la Universidad de los Andes amaneció sumida en un silencio. Los pasillos se transformaron en corredores de susurros y miradas perdidas.
Estudiantes y profesores aún no logran comprender cómo la violencia irrumpió nuevamente en un espacio que simboliza excelencia y futuro. La institución lamentó públicamente la muerte de Jaime y ofreció acompañamiento psicológico a la comunidad universitaria, mientras pide respeto por el proceso judicial.
Una historia que Colombia no quería repetir
El caso de Jaime Esteban Moreno Jaramillo abre una nueva herida en la memoria reciente del país.
Colombia vuelve a observar con impotencia cómo una noche destinada a la diversión termina marcada por la muerte, el misterio y la desconfianza.
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Las autoridades siguen reconstruyendo los últimos pasos del joven, mientras su familia exige justicia.
Por ahora, el país espera respuestas. Pero, como hace 15 años, el interrogante vuelve a ser el mismo:
¿qué pasó realmente esa noche?
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