
Choque por una vía en La Paz: Alcaldía y Gobernación se enfrentan en pleno terreno de obra
Una vía de 345 metros en el sector de La Paz desató una confrontación entre funcionarios del alcalde Carlos Pinedo y la gobernadora Ingris Padilla. Las dos administraciones llegaron con maquinaria, obreros y proyectos distintos para ejecutar la misma obra.
Este jueves, el sector de La Paz se convirtió en escenario de una batalla institucional. Mientras los vecinos esperaban ver el inicio de una obra largamente anunciada, lo que presenciaron fue un cruce de maquinaria, funcionarios y tensiones políticas entre el Distrito y el Departamento.
El alcalde Carlos Pinedo había anunciado la instalación de la primera piedra de la vía que hace parte del programa Transformando mi barrio, con una intervención de 345 metros lineales entre las calles 115 y 116, a la altura del puesto de salud. Sin embargo, al mismo punto llegó maquinaria de la Gobernación del Magdalena, que también pretendía intervenir el tramo dentro de su programa Mi Calle.

La confusión fue total. Los habitantes no entendían qué pasaba. Dos instituciones, dos proyectos y un solo espacio en disputa. Lo que debía ser el inicio de una obra muy necesaria y esperada se convirtió en un choque político y operativo.
El enfrentamiento
El momento de mayor tensión ocurrió cuando personal de la Alcaldía, encabezado por el secretario de Gobierno, Camilo George, llegó al sitio acompañado por agentes de movilidad y una grúa. Según explicó el funcionario, la maquinaria de la Gobernación no contaba con los permisos legales necesarios para iniciar los trabajos.
“Estas obras no pueden ejecutarse sin los avales de ley. Nadie puede llegar con retroexcavadoras a una vía del Distrito sin coordinación ni autorización”, afirmó George, tras ordenar la inmovilización de los equipos.

El ambiente se caldeó. Contratistas y funcionarios de ambos lados discutían en medio del polvo y los curiosos. Algunos vecinos, simpatizantes de la Gobernación, defendían su intervención; otros respaldaban a la Alcaldía y pedían respeto por los procesos ya aprobados y prácticamente en marcha. La tensión duró un buen tiempo hasta que la maquinaria del Departamento tuvo que retirarse, para darle paso a la del Distrito.
Las versiones encontradas
Desde la Gobernación del Magdalena, el argumento fue distinto. Según voceros del ente departamental, la obra ya había sido socializada con anterioridad ante la comunidad y hacía parte del plan de mejoramiento urbano Mi Calle, articulado —aseguraron— con la Junta de Acción Comunal del sector.
“El Distrito intenta bloquear una iniciativa que beneficia a los habitantes. Esta obra estaba planeada y discutida con la comunidad”, respondieron desde el despacho departamental.
No obstante, la Alcaldía insiste en que el proyecto de la Gobernación carece de las licencias técnicas y permisos que exige la ley. Pinedo y su equipo sostienen que su administración es la única ya autorizada para intervenir la vía, y que la acción de la Gobernación solo buscaba obstaculizar el avance del programa distrital.
Una comunidad en medio del fuego cruzado
Mientras los funcionarios discutían, los vecinos de La Paz observaban con desconcierto. “No entendemos por qué se pelean por una sola vía si hay tantas calles que necesitan intervenirse en Santa Marta”, comentó un residente. Otros pedían que las diferencias políticas no sigan retrasando obras que el barrio necesita desde hace años.
Finalmente, la Gobernación despejó el terreno y la Alcaldía anunció que continuará con su cronograma. En el sitio ya estaba instalada la valla institucional y el alcalde Carlos Pinedo pondrá en las próximas horas la primera piedra de la obra.

El secretario de Gobierno distrital lamentó que la confrontación haya generado confusión en la comunidad. “Las obras no deben ser politizadas. Hay que pensar en el bienestar de la gente, no en torpedear los planes de los demás”, advirtió Camilo George.
El trasfondo
El episodio de La Paz refleja la creciente tensión entre la administración de Carlos Pinedo y la gobernadora Ingris Padilla, cuyas relaciones institucionales se han vuelto cada vez más tirantes. Mientras el Distrito avanza con su plan Transformando mi barrio, la Gobernación ejecuta proyectos en el marco de Mi Calle, como en esta ocasión sobre los mismos territorios.
Entre la maquinaria y los permisos, los más afectados siguen siendo los ciudadanos, que solo esperan que la vía se construya —sin importar quién la inaugure— para que el polvo y los huecos sean cosa del pasado.
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