Cayó ‘Valenciano’: cabecilla del Clan del Golfo que dirigía el terror desde las sombras rurales del Magdalena


Señalado jefe de una subestructura del Clan del Golfo con influencia en cinco municipios del Magdalena, fue capturado en zona rural de San Zenón junto a su compañera sentimental alias ‘Karla’. Coordinaba extorsiones, homicidios y narcotráfico. Tenía bajo su mando a 50 hombres armados.

Durante años fue uno de los rostros invisibles de la violencia en el Magdalena. Moisés Ríos, conocido en el mundo criminal como alias Valenciano, no necesitaba mostrarse ni levantar la voz para sembrar miedo: sus órdenes se replicaban con fuerza en por lo menos cinco municipios del sur y centro del departamento.

Desde un rincón oculto en el corregimiento de Angostura, municipio de San Zenón, lideraba en silencio la subestructura Sergio Antonio Carrascal Gómez del Clan del Golfo, con capacidad armada y una cadena de obediencia que incluía a 50 hombres. Extorsiones a ganaderos y comerciantes, homicidios selectivos y tráfico local de estupefacientes eran parte del portafolio criminal que, según la Policía, coordinaba con precisión desde su escondite.

Pero la clandestinidad se le acabó.

En una operación articulada entre la Policía del Magdalena, el Ejército Nacional y la Fiscalía, fue capturado junto a su pareja sentimental, Yuleth Rodríguez, conocida como alias Karla, quien también tenía responsabilidades dentro de la organización: era la encargada de transmitir información confidencial a bloques armados del Clan.

La ofensiva, enmarcada en la Operación Agamenón contra el crimen organizado, se basó en una minuciosa labor de inteligencia que terminó con una orden de allanamiento ejecutada en la madrugada. Allí, rodeado de armas y radios de comunicación, cayó uno de los hombres más buscados en la estructura armada del Clan del Golfo en la región Caribe.

Un arsenal y una red de información al descubierto

En el procedimiento, las autoridades incautaron cuatro revólveres, dos pistolas, 18 cartuchos calibre 9 milímetros, 30 cartuchos calibre 38, seis radios tipo boqui toqui, tres teléfonos celulares y cuatro cargadores para radios.

Ese material será sometido a análisis balístico para determinar si está vinculado a hechos de sangre en el Magdalena.

Alias ‘Valenciano’ no solo era un objetivo de alto valor por su liderazgo operativo. También era la mano derecha de alias ‘Richard’ o ‘Eduardo’, el actual cabecilla de la subestructura Sergio Antonio Carrascal Gómez, lo que lo posicionaba como figura estratégica dentro de las filas del Clan del Golfo.

“Este contundente golpe reafirma nuestro compromiso con la seguridad de los magdalenenses. Seguiremos combatiendo sin tregua a las estructuras criminales que amenazan la tranquilidad de nuestras comunidades”, declaró el coronel Javier Alberto Duarte Reyes, comandante del Departamento de Policía Magdalena.

Una pareja al mando del crimen

Yuleth Rodríguez, alias Karla, no era una espectadora. Aunque muchos la identificaban solo como la compañera sentimental del cabecilla, las autoridades confirmaron que desempeñaba tareas clave dentro de la red. Su papel era el de receptora y transmisora de información criminal, articulando movimientos y reportes hacia el bloque Nelson Darío Hurtado Simanca del Clan del Golfo.

Ambos fueron dejados a disposición de la justicia por el delito de porte ilegal de armas, aunque no se descarta que en los próximos días les imputen cargos adicionales por concierto para delinquir, extorsión y homicidio.

Presión en el sur del Magdalena

El accionar delictivo de ‘Valenciano’ se extendía por los municipios de Pijiño del Carmen, San Sebastián de Buenavista, Guamal, Santa Ana y San Zenón, donde los finqueros y comerciantes llevaban años pagando extorsiones bajo amenazas constantes.

La captura genera un respiro, pero no es el fin.

Fuentes de inteligencia aseguran que aún hay células activas en estas zonas que podrían intentar reorganizarse. Sin embargo, con la caída del jefe visible y la neutralización de sus canales de comunicación, el Clan del Golfo sufre una baja estratégica que afecta sus capacidades logísticas y de mando en el Magdalena.

Para los habitantes de Angostura y los municipios aledaños, la esperanza está en que este operativo no sea un golpe aislado, sino el inicio de una ofensiva sostenida que les devuelva la tranquilidad perdida durante años.


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