Cayó La Bebecita en Guachaca: el golpe más duro a círculo íntimo de ‘Naín’, temido jefe de sicarios de las ACSN


En un operativo de película, el Gaula y el CTI capturaron en Guachaca a Rosa Angélica Tarazona, alias La Bebecita, pareja sentimental de alias Naín, el jefe de sicarios más temido de la Sierra Nevada. La mujer manejaba la logística y el dinero del capo, y su detención desata temores de represalias en la Troncal del Caribe.

El sonido de los helicópteros y el avance de tropas sorprendió a todos en Guachaca, corregimiento rural de Santa Marta. Allí, en una zona rodeada por la Sierra Nevada y la Troncal del Caribe, unidades del Gaula Militar y el CTI de la Fiscalía desplegaron un operativo que terminó con la captura de Rosa Angélica Tarazona, conocida en el mundo criminal como La Bebecita o La Mona.

La mujer, pareja de Naín Andrés Pérez Toncel, alias Naín o El Bendito Menor, no era una simple acompañante. Según las autoridades, estaba encargada de la logística, las finanzas y el control de pagos a sicarios de la organización criminal que aún mantiene fuerte presencia en la región.

Traslado con máxima seguridad

El golpe se manejó bajo estrictos protocolos. Tras su captura, La Bebecita fue conducida al Batallón del Ejército en Santa Marta, donde permaneció custodiada por un fuerte dispositivo militar. Horas después, fue trasladada en un helicóptero hacia Medellín, ciudad en la que enfrentará cargos por concierto para delinquir, narcotráfico y colaboración directa con estructuras criminales.

La decisión de sacarla de la capital del Magdalena se tomó por razones de seguridad. En Santa Marta, explicaron fuentes oficiales, existía un alto riesgo de rescate o represalias por parte de la banda de alias Naín.

La sombra femenina del capo

En redes sociales y en los informes de inteligencia, La Bebecita aparecía siempre al lado de Naín: fotos en motocicletas, videos con armas y hasta escenas de ostentación que dejaban ver la vida de lujo que compartía con el jefe criminal.

Para los investigadores, no era solo la pareja sentimental del capo. Era su brazo logístico y una de las personas de mayor confianza dentro de la estructura. Su papel consistía en mover el dinero, garantizar recursos para operaciones de sicariato y mantener la seguridad del líder.

El poder criminal de alias Naín

La captura de La Bebecita vuelve a poner sobre la mesa el nombre de alias Naín, uno de los delincuentes más buscados de la Costa Caribe. Conocido también como El Bendito Menor, las autoridades lo señalan de ser el jefe de sicarios de Los Pachenca —hoy integrados en las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN)— y lo responsabilizan de homicidios selectivos, extorsiones y la masacre de Dibulla en La Guajira.

Su prontuario ha dejado una estela de sangre. De acuerdo con la Policía, Naín es un sicario sanguinario y despiadado que ha utilizado las redes sociales como vitrina de terror, publicando imágenes con armas de alto calibre y mensajes intimidantes contra quienes considera enemigos.

La recompensa por su captura ha llegado a cifras de hasta 150 millones de pesos, lo que da cuenta de la prioridad que representa para las autoridades desmantelar su estructura.

Temores en Guachaca y la Troncal

La noticia de la detención de La Bebecita se regó en los pueblos de la Troncal del Caribe. En sectores de Guachaca, Buritaca y Palomino, líderes comunitarios advierten que la reacción de alias Naín podría ser violenta.

“La gente está asustada, porque estos golpes no se quedan así. La organización siempre responde con sangre”, dijo a Entérate en Línea un habitante que pidió reserva de identidad.

El operativo fue presentado por las autoridades como un golpe certero a la red de alias Naín. Sin embargo, analistas advierten que la captura de su pareja no significa el final de su poder, sino un debilitamiento parcial en la logística de la organización.

Mientras tanto, la comunidad espera que el Estado redoble la presencia institucional en la Sierra Nevada y la Troncal del Caribe para evitar represalias que puedan poner en riesgo la vida de los pobladores.

Con La Bebecita bajo custodia judicial, queda en evidencia que el poder criminal de alias Naín no solo se sostiene en armas y sicarios, sino también en la red íntima que lo rodea. La caída de su pareja es un golpe simbólico y estratégico, pero la verdadera batalla sigue siendo la captura del propio capo, cuya sombra aún se extiende sobre el Caribe colombiano.


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