
Cayó al barranco y nadie lo notó: la trágica muerte de Jorge que causó dolor en el barrio 17 de Diciembre
Jorge Luis Muñoz Viloria, un técnico en refrigeración de 50 años, murió tras caer accidentalmente a un barranco contiguo a su vivienda en el sector Villa Aurora, en Santa Marta. Su cuerpo fue hallado solo días después, cuando los vecinos comenzaron a percibir un olor extraño.
El barrio 17 de Diciembre, en el sector Villa Aurora, fue sacudido con una noticia que dejó a todos tristes. Jorge Luis Muñoz Viloria, un reconocido técnico en refrigeración, fue encontrado sin vida al fondo de un barranco, muy cerca de su casa. Nadie lo vio caer. Nadie escuchó nada. Vivía solo, así que nadie notó su ausencia. Solo un olor fuerte alertó, días después, que algo no estaba bien.
Según versiones de vecinos, Jorge Luis había regresado a su vivienda la tarde del lunes 10 de noviembre, luego de compartir con amigos y familiares. Todo parecía normal, hasta que, en un aparente descuido, perdió el equilibrio y cayó al vacío. El golpe contra el terreno fue muy fuerte, pero debido a que nadie lo notó no fue posible asistirlo. No se sabe si allí quedó agonizando y pidiendo ayuda o murió al instante.
El hallazgo se produjo cuando los residentes del sector notaron un olor extraño que provenía del patio de una vivienda en la parte alta del cerro. Al acercarse, descubrieron con horror el cuerpo en avanzado estado de descomposición. De inmediato avisaron a las autoridades.
Hasta el lugar llegaron unidades del CAI de Bastidas y peritos del Laboratorio Móvil de Criminalística de la Sijín, quienes realizaron la inspección técnica del cadáver. El informe preliminar confirmó que no había señales de violencia y que la muerte se habría producido por una caída accidental.
Jorge Luis vestía suéter azul turquí, jean y botas de trabajo, las mismas que usaba a diario para ganarse la vida reparando aires acondicionados y neveras en distintos barrios de la ciudad. Era un hombre querido, servicial y conocido por su disposición para ayudar.
“Siempre tenía una sonrisa y una herramienta en la mano”, recuerda un vecino con tristeza. La comunidad aún no asimila que aquel hombre, tan trabajador y alegre, haya partido de una forma tan inesperada.
Mientras las autoridades confirman las circunstancias del accidente, el sector Villa Aurora se reúne para despedirlo. En medio del dolor, sus vecinos coinciden en una misma frase: “Jorge era buena gente, uno de los nuestros”.
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