Carlos Vives, el verdadero ídolo de los 500 años; piden hacerle una estatua en Santa Marta


Mientras figuras como El Pibe Valderrama y Falcao guardaron silencio, Carlos Vives se entregó por completo a la celebración del medio milenio de su ciudad natal. Su presencia, su música y su mensaje despertaron un fervor que hoy lleva a muchos a pedir que se le rinda homenaje con una estatua en su tierra.

Carlos Vives no necesitó que lo invitaran, ni que le rogaran. El cantante samario, sin mediar condiciones ni protagonismos forzados, se convirtió por mérito propio en el alma de la celebración de los 500 años de Santa Marta.

Mientras otros ídolos locales se mantuvieron en la sombra o prefirieron mirar hacia otro lado, Vives salió al frente con una serenata, una canción inédita impulsando a otros artistas locales, recorridos por la ciudad y, sobre todo, un mensaje profundo: “amar a Santa Marta es también comprometerse con ella”.

La diferencia entre él y otros referentes fue abismal. Falcao García, el máximo goleador de la Selección Colombia, no escribió una sola línea. El Pibe Valderrama, símbolo eterno del fútbol samario, tampoco tuvo un gesto, ni un video, ni una palabra pública para su ciudad.

Vives, en cambio, no solo le puso voz al cumpleaños de la ciudad más antigua de Colombia: se convirtió en su vocero, su embajador espontáneo y su figura más comprometida.

El hijo de la provincia volvió con todo

No fue una, sino dos noches de serenata las que Carlos Vives le regaló a Santa Marta. Desde el escenario montado en el Camellón, frente a la Bahía, cantó con emoción contenida. La emoción y orgullo fueron notorios cuando entonó “Santa Marta tiene tren…”, y estallaron cuando estrenó su nueva canción dedicada a los 500 años, una oda a la historia, el mestizaje, la música y la esperanza.

Vives también caminó las calles, fue a colegios, habló con niños y niñas, y les dejó una consigna: “No dejen que les roben el amor por su tierra”.

En redes sociales, durante semanas, mantuvo un activismo constante en defensa de la historia samaria, sus símbolos y su identidad. Nadie más lo hizo.

¿Una estatua para Carlos Vives?

El fervor por su presencia fue tal que ya hay voces que piden un homenaje eterno. “Así como Valledupar tiene a Diomedes y Barranquilla a Shakira, ¿por qué Santa Marta no tiene aún una estatua de Vives?”, se preguntan ciudadanos en redes.

Algunos han ido más allá y han propuesto desmontar la escultura en bronce de El Pibe Valderrama y enviarla a Barranquilla, donde vive actualmente, para reemplazarla por una figura de Carlos Vives en la Bahía, como símbolo de pertenencia y gratitud.

Lea también Santa Marta registra la menor tasa de desempleo de la región Caribe; Alcaldía destaca su gestión en resultados

Las opiniones están divididas, pero el debate está encendido. Mientras unos defienden el legado futbolístico de El Pibe, otros aseguran que “Vives sí está conectado con Santa Marta, con su gente, con su cultura, con su dolor y sus sueños”.

Más que un cantante, un referente

Carlos Vives no se limitó a cantar. Habló de historia, de medioambiente, de educación. En cada aparición recordó el papel de los pueblos indígenas, el legado afro y la riqueza natural de la Sierra y del mar. Su mensaje no fue nostálgico, sino esperanzador. A diferencia de las figuras ausentes, su discurso estuvo cargado de sentido social.

Hoy, cuando ya pasaron los actos protocolarios, los conciertos y las conmemoraciones, su presencia sigue resonando. No fue fugaz ni decorativa. Fue un acto de amor genuino.

Santa Marta tiene un hijo que no la olvida”, dijo una niña de 10 años en una escuela pública tras escuchar a Vives. Ese hijo se llama Carlos Alberto Vives Restrepo. Y hoy, para muchos, es el rostro más querido y coherente de la ciudad.


¿Quieres pautar

con nosotros?