Decenas de personas se aglomeraron alrededor de la basura tras descubrir el cargamento de sandalias.
La escena parecía sacada de un mercado callejero, pero no lo era. Durante la tarde del lunes algo inusual comenzó a llamar la atención en la Avenida del Libertador con carrera 16A, en Santa Marta. Unas bolsas grandes y abultadas, tiradas junto a un contenedor de basura, despertaron la curiosidad de transeúntes y vecinos. Al abrirlas, descubrieron lo impensable: decenas de sandalias tipo Crocs, de todos los colores, tallas y estados. Algunas usadas, muchas otras completamente nuevas, incluso con marquillas.
En cuestión de minutos, en la zona se formó un tumulto de gente. Unos hurgaban para armar pares, otros se conformaban con una sola suelta, esperando encontrar la compañera perfecta entre el revuelo. Algunos se fueron con hasta tres pares en la mano, como quien gana un premio inesperado.
“Esto fue un regalo divino en plena Semana Santa”, decía entre risas una mujer que logró emparejar unas sandalias color rojo. La frase se repitió varias veces entre los que se acercaban, como si el hallazgo tuviera un tinte celestial en medio de la rutina.
Pero más allá de la euforia, también surgieron preguntas. ¿De dónde salieron? ¿Quién tiró tantos pares de calzado nuevo a la basura? Y sobre todo, ¿por qué no se entregaron a personas que realmente lo necesitan?
Algunos vecinos cuestionaron el destino de esas sandalias. “Hay niños jugando fútbol descalzos en los barrios, esto se pudo haber convertido en una jornada solidaria”, comentó un hombre que observaba la escena sin tomar nada.
Hasta el momento, no se ha esclarecido el origen del misterioso cargamento. Lo cierto es que el hecho se convirtió en tema de conversación en redes sociales y en las esquinas del sector, donde más de uno aún comenta la suerte de haberse cruzado con esta montaña de sandalias.
Se trató de una inusual jornada que tuvo mezcla de alegría improvisada y necesidad evidenciada.
