Capturado y destrozado: el infierno que vive bombero que mató borracho a joven de 19 años


Aunque no huyó ni quiso matar, Edwin Cataño fue capturado días después de causar la muerte de un joven de 19 años en Barranquilla mientras conducía en estado de embriaguez. El país exige justicia.

Edwin Alberto Cataño Guevara no ha podido dormir desde el 12 de julio. Esa mañana, bajo los efectos del alcohol, se subió a su vehículo Nissan Versa y atropelló a Juan David Ucrós Cervantes, un joven de apenas 19 años que iba camino a su trabajo. Desde entonces, su vida cambió para siempre.

El accidente ocurrió en la avenida Circunvalar de Barranquilla y el impacto fue tan brutal que el cuerpo del joven quedó tendido a pocos metros de su destino. Juan David era estudiante, trabajador y, según quienes lo conocían, “un muchacho sano con muchos sueños por delante”.

Cataño, que hasta entonces trabajaba como miembro del Cuerpo de Bomberos, fue grabado por testigos tambaleándose, balbuceando y rodeado de botellas de licor en su carro. La prueba de alcoholemia confirmó: grado dos de embriaguez.

La indignación por la libertad

Pese a la contundencia de las pruebas, la Fiscalía lo dejó libre porque no fue capturado en flagrancia. El fiscal séptimo local de la URI, Juan Conde, argumentó que el artículo 301 del Código de Procedimiento Penal impedía su detención inmediata.

Pero la respuesta ciudadana fue inmediata: protestas, plantones, bloqueos simbólicos y una ola de indignación en redes sociales. La familia de Juan David, sus amigos y compañeros de universidad no aceptaron que quien le quitó la vida al joven pudiera seguir libre.

“La libertad de este señor fue una ofensa para la memoria de mi primo. No puede haber impunidad”, dijo Hinder Marín Páez, primo del fallecido.

Captura y arrepentimiento

Presionado por la indignación pública, Cataño fue finalmente capturado en vía pública, en el centro de Barranquilla. Aunque la Policía aseguró que fueron varias veces a buscarlo a su casa, su abogado insiste en que se presentó voluntariamente ante la Fiscalía.

Con la cabeza baja, visiblemente afectado, asumió su responsabilidad. Sabe que será procesado por homicidio culposo y que, aunque podría pagar hasta 7 años incluso en su propia casa, su condena más pesada es otra: haber matado a alguien por tomar y manejar.

Edwin siempre fue una buena persona, servicial, trabajador. Pero no midió las consecuencias de una decisión irresponsable que cambió todo”, dijeron allegados suyos tras conocerse su desvinculación inmediata del cuerpo de bomberos, anunciada por el alcalde Alejandro Char.

El caso sigue abierto y la Fiscalía deberá decidir si fortalece la imputación con agravantes. Mientras tanto, la familia de Juan David y la ciudadanía esperan justicia.

“Lo mataron cuando apenas estaba empezando su vida. Una madre quedó destrozada. Nada nos lo va a devolver, pero queremos justicia para que esto no se repita”, concluyó un familiar de la víctima.


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