Su arresto responde a una investigación incansable que comenzó con la muerte de la joven de 21 años en su casa en Fundación.
La búsqueda había sido larga, casi interminable para los familiares de Seirys Yoryeth Casares Boneth, una joven de 21 años que, en un momento de valentía, decidió poner fin a su relación con Edinson Peña Jaimes. Pero Edinson no aceptó el rechazo. En medio de una discusión acalorada y llena de insultos, sacó un arma de fuego y disparó, arrebatándole la vida a su mujer en la misma casa que había sido testigo de sus días juntos.
Era el 8 de septiembre de 2023, y Fundación, un municipio acostumbrado a la tranquilidad, se estremeció con la noticia. La joven fue encontrada por vecinos que, en medio de la confusión, intentaron ayudarla.
Fue llevada de inmediato a un centro asistencial, pero el daño ya estaba hecho. A pesar de los esfuerzos médicos, la vida de Seirys se apagó, dejando una marca de dolor y una promesa de justicia pendiente.
La huida del agresor
Desde aquel día, Edinson Peña Jaimes desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra. Fundación se convirtió en el punto de partida de una investigación que, sin tregua, siguió sus pasos.
Con una orden de captura pendiente por feminicidio agravado, porte ilegal de armas de fuego y violencia de habitación ajena, el silencio y el tiempo parecían jugar a favor del prófugo. Meses después, rumores indicaban que se había refugiado en Santa Marta, pero cada intento por localizarlo resultaba infructuoso.
Finalmente, la espera llegó a su fin. En las últimas horas, agentes de la policía interceptaron a Edinson en el kilómetro 9 de la vía Ciénaga-Santa Marta.
El feminicida viajaba como si el peso de sus actos no fuera con él, como si los recuerdos de aquella fatídica noche no lo persiguieran. Fue en ese instante cuando las autoridades lo reconocieron, identificaron su nombre y confirmaron que el hombre que estaba frente a ellos era, en efecto, el hombre que habían buscado por más de un año.
Edinson Peña Jaimes fue detenido sin oponer resistencia. Los cargos que pesan en su contra reflejan no solo un crimen atroz, sino también una huida que parecía haber terminado en una aparente normalidad.
Durante los meses de su desaparición, había intentado rehacer su vida en el anonimato de la ciudad. Sin embargo, la captura trae consigo un mensaje claro para las víctimas de la violencia: aunque la justicia pueda tardar, no se olvida.
Para la familia de Seirys, la captura de Edinson es una respuesta que esperaban con ansias, aunque el dolor de la pérdida permanece intacto.