Se disponía a trabajar cuando su motocicleta chocó violentamente contra un camión. No resistió los golpes. Otra familia queda destrozada por la imprudencia.

Brayan Oquendo Flórez salió temprano de su casa en Bonda, como lo hacía cada mañana. Tenía apenas 27 años y la rutina de trabajar sobre dos ruedas, como muchos jóvenes samarios que encuentran en la moto su herramienta diaria para ganarse la vida. Pero esa rutina se interrumpió de forma trágica este miércoles 8 de octubre, cuando un violento choque acabó con su existencia en cuestión de segundos.

El siniestro ocurrió en la Troncal del Caribe, justo frente a la Terminal de Transporte de Santa Marta, una zona de alto tráfico donde los accidentes por imprudencias son frecuentes. Brayan conducía una motocicleta marca Boxer, placas SED-18E, cuando colisionó contra la parte trasera de un camión cargado de varillas. El impacto fue tan fuerte que los transeúntes apenas tuvieron tiempo de reaccionar.

“Se escuchó un golpe durísimo, todos corrimos, pero ya el muchacho estaba muy mal”, contó un testigo que presenció la escena.

Brayan fue trasladado de urgencia a la Clínica Bahía, pero los médicos no pudieron hacer nada. Las heridas eran demasiado graves.

La noticia llegó rápidamente hasta Bonda, donde vivía con su familia. Vecinos y amigos no daban crédito a lo sucedido.

“Era un pelado sano, trabajador, querido por todos. Tenía sueños, planes… y ahora todo se acabó”, expresó un allegado entre lágrimas.

Las autoridades de tránsito investigan las causas del accidente para determinar si hubo exceso de velocidad, imprudencia o fallas mecánicas.

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Cada accidente deja una historia inconclusa. Esta vez fue la de Brayan, un joven que salió de casa a trabajar y nunca regresó. Su muerte se suma a la dolorosa lista de vidas que se apagan en el asfalto, recordando que detrás de cada cifra hay una familia que hoy llora una ausencia.