La demora en la lectura del fallo mantiene en incertidumbre a la familia de la menor asesinada. La alcaldesa de Candelaria exige celeridad para evitar que el confeso homicida quede en libertad.

En el municipio de Candelaria, Valle del Cauca, la justicia parece detenerse en seco mientras la familia de Sofía Delgado, la niña de 12 años brutalmente asesinada, lucha contra la incertidumbre y el miedo a que su caso quede impune. 

Brayan Campo Ocampo Pillimué, confeso autor del crimen, aún no recibe sentencia definitiva debido a los constantes aplazamientos en la lectura del fallo condenatorio.

El viernes 7 de febrero, la audiencia en la que finalmente se esperaba conocer la condena fue suspendida por tercera vez. La noticia cayó como un balde de agua fría sobre los padres de Sofía y sobre quienes han seguido el caso con angustia. La alcaldesa de Candelaria, Gessica Vallejo Valencia, se pronunció con indignación y solicitó que el proceso avance con celeridad para evitar que las dilaciones legales terminen favoreciendo al asesino.

El temor del vencimiento de términos

El riesgo latente de que el caso se prolongue sin una resolución firme ha llevado a la alcaldesa a elevar su voz ante diversas instancias. El pasado 27 de enero, Vallejo envió solicitudes al Consejo de la Judicatura del Valle del Cauca, al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y a la Gobernación del departamento, exigiendo vigilancia judicial estricta y garantías para los derechos de la familia de la víctima.

La preocupación crece porque la Procuraduría General de la Nación ha solicitado la nulidad del juicio, lo que implicaría un retroceso en el proceso y, potencialmente, el vencimiento de términos. En otras palabras, la posibilidad de que Brayan Campo quede en libertad sin haber recibido una condena firme no es un escenario lejano, sino una amenaza real.

El caso de Sofía Delgado ya había conmocionado al país cuando, tras casi 20 días de búsqueda, su cuerpo fue hallado en un cañaduzal en la vía Candelaria – Florida. La última vez que fue vista con vida, el 19 de septiembre de 2024, se dirigía a una tienda de mascotas para comprar champú para su perro. El establecimiento pertenecía a su agresor. Un mes después, el 17 de octubre, las autoridades confirmaron la identidad de los restos óseos encontrados en el sector, revelando el horror detrás de su desaparición.

Un patrón de impunidad

La indignación por la falta de celeridad en el proceso se agrava al recordar que no es la primera vez que Ocampo Pillimué evade la justicia. En 2014, ya había sido señalado en una investigación por abuso sexual a una menor de edad, pero quedó libre por falta de pruebas. Ahora, enfrenta cargos por feminicidio agravado, secuestro simple agravado, secuestro simple tentado agravado y ocultamiento, alteración y destrucción de material probatorio.

Durante la investigación, Evelyn Julieth Rodas, pareja del acusado, también fue vinculada al caso, aunque él mismo aseguró que no tenía responsabilidad alguna en los hechos. Un juez determinó su libertad tras las primeras declaraciones de Campo.