Álvaro Alexander Ariza, un barbero samario de 38 años, fue asesinado a tiros en el barrio 20 de Julio, tres semanas después de haberse mudado con su familia desde Santa Marta. Las autoridades investigan un posible ajuste de cuentas.

Había dejado Santa Marta con la ilusión de empezar de cero. Se llevó a su familia a Barranquilla buscando tranquilidad y trabajo estable, pero su intento por rehacer la vida terminó abruptamente. La noche del miércoles, Álvaro Alexander Ariza Andrade, de 38 años, fue asesinado a tiros en la calle 99 con carrera 5 del barrio 20 de Julio.

Ariza estaba frente a la vivienda donde residía, fumando un cigarrillo, cuando dos hombres en motocicleta se le acercaron sin que tuviera tiempo de reaccionar. El parrillero desenfundó un arma de fuego calibre 9 milímetros y disparó repetidas veces.

Siete impactos de bala lo dejaron sin vida en el acto: dos en la cabeza, dos en la espalda, uno en el cuello, otro en la región ocular y uno más en la zona cervical. Los atacantes huyeron a toda velocidad, mientras los gritos de su pareja rompían la calma del vecindario.

—“¡Ay, Alvarito, mi amor!”—, se escuchó entre el llanto de quienes lo conocían.

Acababa de mudarse de Santa Marta

Ariza había llegado a Barranquilla apenas tres semanas atrás, con la intención de dejar atrás los problemas que, según allegados, lo agobiaban en Santa Marta. Era barbero y había vivido un tiempo en Minca.

Pero el pasado no lo soltó.

Versiones extraoficiales indican que Ariza tenía diferencias personales en la capital del Magdalena y que sus enemigos lo habrían rastreado hasta Barranquilla. Nada ha sido confirmado oficialmente, aunque la SIJÍN investiga el caso como un posible ajuste de cuentas.

Antecedentes judiciales

Un informe policial reveló que el hombre registraba cinco anotaciones judiciales: tres por lesiones personales, una por uso de documento falso y otra por violencia intrafamiliar.

Los investigadores buscan establecer si alguno de esos antecedentes guarda relación con el ataque. Por ahora, no hay capturas.

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El crimen ha dejado conmocionada a la familia que lo acompañó en su intento por comenzar de nuevo. Para ellos, la esperanza de una vida distinta terminó en una noche de balas, lejos de la ciudad donde todo empezó.