La Fiscalía presentó pruebas que demuestran la premeditación del doble homicidio cometido por Juan David Sepúlveda Van Leenden contra sus tíos, motivado por un conflicto familiar.
En una audiencia de legalización de captura y medida de aseguramiento, la Fiscalía General de la Nación presentó contundentes evidencias que señalarían a Juan David Sepúlveda Van Leenden como el autor intelectual y material del asesinato de sus tíos, José Dolores Van Leenden y Martha Granados.
Según la investigación, Sepúlveda habría planeado meticulosamente el crimen, que inicialmente se había catalogado como resultado de una discusión.
Durante la audiencia, la Fiscalía imputó a Sepúlveda el delito de homicidio agravado, solicitando que fuera recluido en un establecimiento carcelario mientras avanzaba el proceso judicial.
El juez de control de garantías, tras evaluar las pruebas presentadas, decidió acoger la solicitud de la Fiscalía y ordenó el encarcelamiento de Sepúlveda. Aunque el acusado admitió su responsabilidad en los hechos, no se allanó a los cargos imputados.
Una de las pruebas más reveladoras presentadas por la Fiscalía fue un video de una cámara de seguridad que muestra a Sepúlveda, de 35 años, comprando un cuchillo de gran tamaño en una tienda local. Este cuchillo sería el arma utilizada para asesinar a sus tíos, con quienes mantenía un conflicto, aparentemente, por una disputa hereditaria.
La investigación también reveló que el crimen no fue producto de un impulso momentáneo, sino de un plan premeditado. Sepúlveda, aprovechando que vivía en el mismo edificio que sus tíos, habría perpetrado el asesinato en la madrugada, con la intención de asegurar que ambos murieran.
Martha Granados fue encontrada en su habitación con múltiples puñaladas, mientras que José Dolores Van Leenden fue asesinado en las escaleras del edificio.
Tras cometer el doble homicidio, Juan David Sepúlveda se entregó voluntariamente a una patrulla de la Policía, dando inicio a su proceso judicial.
Al concluir la audiencia, el acusado fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad ‘La Tramacua’ en Valledupar, donde permanecerá mientras se adelantan las investigaciones y se define su situación legal.
Este caso ha conmocionado a la comunidad local, no solo por la brutalidad del crimen, sino también por el vínculo familiar entre el agresor y las víctimas, dejando al descubierto la magnitud de las disputas internas que desencadenaron este trágico desenlace.