El primo del padrastro del menor y encargado de entregar los $4.000 millones a los secuestradores, fue baleado en una cafetería del sur de Cali un día después de la liberación. La familia vuelve a vivir una tragedia.

Jesús Antonio Cuadros logró que el niño Lyan volviera a casa. Al día siguiente, lo mataron.

El crimen ocurrió en el barrio Bretaña, al sur de Cali. Cuadros, primo del padrastro del niño y figura clave en la negociación con los secuestradores, fue acribillado mientras desayunaba con su pareja. Ella resultó herida. Él murió en el acto.

Tenía 35 años y fue, según las autoridades, quien entregó los $4.000 millones exigidos por los captores para liberar al menor de 11 años, secuestrado por un grupo armado ilegal que había pedido inicialmente $5.000 millones.

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“Fue comprometida la vida de Antonio Cuadros, quien estuvo muy activo por la liberación del niño”, dijo Gerardo Mendoza, personero de Cali.

El asesinato fue directo y calculado. Testigos aseguran que los sicarios llegaron al sitio con la intención clara de acabar con su vida. La escena del crimen mostró la crudeza del ataque y revivió el drama que la familia creía haber dejado atrás.

Lyan había sido liberado tras semanas de angustia, negociación y presión mediática. Su familia pensó que lo peor había pasado. Pero el asesinato de Cuadros les recordó que aún están en la mira.

Las autoridades investigan si el crimen está relacionado con el secuestro. Mientras tanto, la familia permanece en silencio, ahora sumida en el duelo y el miedo.

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La historia de Lyan, que ya había estremecido al país por la violencia del secuestro y la suma millonaria del rescate, vuelve a sacudir a Colombia. Esta vez, por el asesinato de quien se jugó la vida para que un niño pudiera volver a casa.