
Asesinan a suegra de Pipe Calderón en Medellín; tenía vínculos con narcotráfico y DEA
Las investigaciones apuntan a que su vinculación con carteles de droga y su colaboración con la DEA fueron las causas de su muerte.
El asesinato de María del Pilar Zea Cobo, ocurrido en el parqueadero del Mall del Este en Medellín, no fue un crimen común. La comerciante caleña, conocida en el mundo del narcotráfico como “La Reina”, fue ejecutada de manera fría y calculada mientras estaba dentro de su camioneta.
Dos disparos en la cabeza fueron suficientes para quitarle la vida y, con ello, desatar una serie de revelaciones que involucraban redes internacionales de narcotráfico y traición.
Zea Cobo llegó al centro comercial acompañada de su pareja, Jhon Fredy Toro Hincapié, y se encontró con Andrés Arias, alias «Chino Arias», con quien tuvo una breve conversación antes de ser asesinada.
Mientras su pareja fue a comprar unas bebidas, Zea quedó a solas con el agresor, quien, tras dispararle, abandonó el lugar sin prisa y se fugó con una bolsa en la mano. A simple vista, parecía un crimen más, pero pronto las autoridades descubrieron detalles que cambiaron el rumbo de la investigación.
El historial de la víctima
María del Pilar Zea no era una simple comerciante. Su nombre estaba vinculado a investigaciones federales en Estados Unidos, donde la señalaban como líder de una red de tráfico de estupefacientes que operaba desde el Pacífico colombiano hacia Centroamérica y Estados Unidos.
Fuentes policiales revelaron que Zea acumulaba deudas millonarias con carteles de droga, entre ellos el Clan del Golfo, quienes la habrían presionado para que pagara lo adeudado. Este estrés financiero y las amenazas constantes de muerte la habrían llevado a tomar una decisión fatal: colaborar con la DEA.
La colaboración con la agencia antidrogas de Estados Unidos no fue suficiente para salvarla. Según las autoridades, esa misma colaboración habría sido el móvil de su asesinato. La presunta traición a los carteles, quienes buscaban vengarse, habría precipitado su muerte. Las investigaciones también apuntan a que Zea enfrentaba cargos en Colombia por constreñimiento ilegal y amenazas, lo que complicaba aún más su situación.
El asesinato de Zea Cobo no solo aumenta la cifra de homicidios en Medellín, sino que destapa un oscuro entramado de crimen organizado. La mujer, quien mantenía una vida aparentemente normal como madre y suegra del artista Pipe Calderón, fue una pieza clave en una guerra silenciosa entre narcotraficantes y las autoridades.
Las autoridades siguen buscando al principal sospechoso, mientras la presión social y las revelaciones judiciales continúan apuntando a una red de narcotráfico mucho más grande.
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