
Antes de matarlo a tatuador le venían haciendo seguimiento esa noche por conductas delictivas
El joven acababa de ser fotografiado y denunciando ante la Policía por la comunidad residente de la zona porque supuestamente tenía intenciones de hurtar carros estacionados.
- Por Roger Urieles, director de noticias
Carlos Mario Fonseca Gordillo, un tatuador bogotano de 24 años, habría sido ultimado a tiros por posibles conductas delictivas que se encontraba realizando en la zona en la que permanecía.
La madrugada en la que fue ultimado por el grupo autodenominado ‘La Muerte’, Fonseca fue señalado por la comunidad de intentar abrir vehículos en las discotecas cercanas a la calle de la Universidad del Magdalena, una versión bajo la que trabajan las autoridades.
Testigos en la zona captaron a Carlos Fonseca en una fotografía que lo muestra caminando por la mitad de la calle con una bermuda roja, una camiseta y el rostro cubierto. Esa imagen fue compartida rápidamente en grupos de comerciantes de la zona, acompañada de mensajes que advertían sobre su supuesta intención de robar en el interior de vehículos estacionados.
La denuncia llegó también a la Policía, que recibió información sobre un hombre en actitud sospechosa tratando de forzar cerraduras. Sin embargo, para cuando las autoridades acudieron al lugar, el joven ya había sido abordado por dos motociclistas que lo asesinaron a tiros.
En el sitio del homicidio, los atacantes dejaron un mensaje firmado por ‘La Muerte’, un grupo criminal vinculado con ‘Los Pachencas’, que reiteró su intención de ejecutar a quienes cometan delitos en la ciudad.

¿Justicia desmedida?
La Policía Metropolitana confirmó que Carlos Mario Fonseca no tenía antecedentes penales. Sin embargo, los testimonios recogidos apuntan a que estuvo involucrado en actos sospechosos esa noche, lo que despertó el rechazo de la comunidad residente en el sector.
La rapidez con la que la información por grupos de chat pudo haber facilitado que el grupo criminal actuara antes que las autoridades.
Por otro lado, allegados al joven insisten en que se trató de una confusión. “Carlos era un joven trabajador que no tenía necesidad de robar. Vivía de su oficio como tatuador y no tenía problemas con nadie”, declaró un allegado, quien pidió que se investigue a fondo el caso.
Acciones de las autoridades
La Policía continúa con las investigaciones para esclarecer si Fonseca efectivamente estaba involucrado en actos delictivos o si fue víctima de una confusión.
“Estamos analizando las denuncias recibidas y verificando si hubo más testigos o cámaras de seguridad que confirmen los movimientos del joven en las horas previas a su muerte”, señaló un oficial.
Asimismo, las autoridades han expresado preocupación por la creciente influencia de grupos como ‘La Muerte’, que han asumido el papel de ejercer justicia por mano propia, generando un ambiente de temor e incertidumbre entre los ciudadanos.
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