La víctima señalada por años como un azote criminal en Gaira, fue asesinado a tiros en la cancha Malibú, su supuesto territorio. Había salido hace poco de prisión, pero su historial delictivo le habría pasado factura.

Mario Andrés Guzmán Vitola no alcanzó a saborear del todo lo que significaba estar en libertad. Pocos días después de salir de la cárcel, fue asesinado este domingo en la misma zona que alguna vez consideró suya: la cancha Malibú del barrio Gaira, al sur de Santa Marta.

Alias Mario Paraíso, como era conocido en el mundo delincuencial, tenía una hoja de vida marcada por el delito. Fue capturado en 2019 por tráfico de estupefacientes cuando, según las autoridades, fue sorprendido vendiendo droga en ese mismo sector. Recuperó la libertad, pero lejos de reformarse, profundizó su carrera criminal. Se convirtió en uno de los atracadores más temidos por turistas y locales, protagonizando robos a mano armada que lo devolvieron a prisión en 2020.

En ese segundo operativo, fue sorprendido con un arma de fuego con la que, minutos antes, habría cometido un asalto. Al notar la presencia policial, intentó evadir la evidencia lanzando el arma sobre el techo de una casa vecina. Nada funcionó. Terminó de nuevo tras las rejas, reforzando su reputación como un tipo peligroso.

Le tenían miedo en Gaira

En Gaira lo conocían bien. Para algunos, era un hombre con el que no se podía cruzar palabra. Para otros, un bandido que se había adueñado a punta de miedo de espacios públicos como la cancha Malibú, donde solía imponer su ley y donde incluso advertía que lo respetaran porque “esa era su zona”.

Pero esa autoridad se desvaneció el sábado, cuando fue sorprendido sin protección y en compañía de otras personas. Allí, en su supuesta zona de poder, le dispararon varias veces. Los tiros fueron certeros, suficientes para terminar con su vida de inmediato.

“Se creía intocable”, comentó un residente del barrio, que por seguridad prefirió no dar su nombre. “Pensó que por haber salido seguía mandando, pero eso ya había cambiado”.

Rumores en el sector señalan que alias Mario Paraíso “la debía”, aunque nadie se atreve a decir exactamente a quién o por qué. Lo cierto es que su historial delictivo, relacionado con drogas, robos y vínculos con bandas locales, lo había puesto en la mira de muchos.

Su asesinato, aunque violento, no sorprendió a los habitantes de Gaira. Para muchos fue el desenlace de una cadena de actos criminales que no cesaron ni con la cárcel ni con las advertencias de las autoridades.

Con la muerte de Mario Andrés Guzmán Vitola, se cierra un capítulo marcado por el miedo, la impunidad y el control territorial que ejercía a la fuerza.