La joven influenciadora samaria, que triunfó con su boutique de moda, atraviesa un duro proceso físico y emocional. Asegura que la envidia y las malas energías la golpearon justo cuando vivía su mejor momento. Hoy, debilitada pero esperanzada, lucha por recuperarse mientras miles de seguidores la acompañan en su fe.

Carol The Warrior, como se hace llamar en redes sociales, parecía tenerlo todo. Energía, autenticidad y un negocio que crecía con fuerza: una boutique de calzado, accesorios y prendas de vestir que había convertido en su mayor orgullo. Pero detrás del brillo de las vitrinas y las historias llenas de optimismo, empezó a gestarse una lucha silenciosa que la llevó al límite.

De un día para otro, su cuerpo comenzó a cambiar. Primero fue la caída del cabello, luego una pérdida de peso acelerada y, con el paso de los días, crisis físicas y emocionales que la dejaron casi sin fuerzas. Lo que para muchos era una simple racha de estrés, para Carol se convirtió en un misterio que ni los médicos ni las terapias espirituales lograban resolver.

«Yo solo le decía a mi tía Lola: tía, no me suelte, cójame duro y hágame masajes. Cuando se cansaba, le pedía que no me dejara sola; sentía que me iba”, contó entre lágrimas en uno de los videos más conmovedores que ha publicado. Su relato conmovió a miles de seguidores, que desde entonces la llenan de mensajes de aliento y oraciones.

Carol asegura que su calvario comenzó justo cuando su emprendimiento alcanzaba su punto más alto. Cree que la envidia y las malas energías de su entorno pudieron influir en su deterioro físico, una idea que ha desatado todo tipo de reacciones en redes: algunos la apoyan con fe, otros piden que busque más ayuda médica.

Aun así, la joven mantiene la fortaleza que la caracteriza. En medio del cansancio y el miedo, ha encontrado consuelo en su espiritualidad. “Sé que Dios me va a levantar”, escribió junto a una fotografía en la que se le ve más delgada, con el rostro cansado pero una sonrisa serena.