Con una red de vigilancia que no deja puntos ciegos, la Alcaldía apuesta por prevenir el crimen antes de que ocurra. La clave: tecnología, coordinación institucional y participación ciudadana.

El alcalde Carlos Pinedo quiere ojos en todas partes, desde las esquinas del Centro Histórico hasta los barrios donde la inseguridad se volvió parte del paisaje. La orden del mandatario es clara: videovigilancia masiva para combatir el crimen.

La estrategia fue presentada en el Concejo por el secretario de Seguridad y Convivencia, Gustavo Berdugo, quien no dejó lugar a dudas: “Ya está listo el proyecto para instalar 215 cámaras, y con otros convenios se sumarán 114 más solo en el Centro Histórico. Vamos por 500 cámaras”.

La ciudad se prepara para una transformación. La meta es convertir a Santa Marta en una Smart City —una ciudad inteligente— con el respaldo del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y el apoyo de compañías tecnológicas de Reino Unido y Estados Unidos.

El plan incluye modernizar la Sala Integrada de Emergencias y Seguridad (SIES), ese centro desde donde se monitorea la ciudad. Pero también busca algo más ambicioso: integrar 200 cámaras privadas al sistema oficial, todo conectado, todo vigilado.

Tasa de seguridad para más recursos
Mientras esto avanza, en el Concejo ya se cocina una nueva propuesta adicional: una tasa de seguridad. Sería un cobro específico, destinado exclusivamente a financiar tecnología, vehículos y recursos para la fuerza pública. Una medida que algunos defienden como necesaria y urgente, en una ciudad donde los recursos nunca alcanzan y la delincuencia no espera.

Y aunque la tecnología es la protagonista, Leo apoyo ciudadano también cuenta. Según la alcaldía el decreto que permite pagar recompensas por información clave ha dado resultados. Así se desmantelaron bandas de fleteros que actuaban en sectores como Riascos y San Francisco.

“Gracias a la ciudadanía y al incentivo de la recompensa, logramos capturas importantes”, recalcó Berdugo.

La estrategia está sobre la mesa: cámaras, tecnología, inteligencia, recompensas y nuevos recursos fiscales. Santa Marta quiere dejar de reaccionar ante el crimen para empezar a anticiparse.